Su último libro acaba de ser publicado por Península en español, con una pequeña variante sobre el subtítulo original que es”América World in the Free Market Era”, que sabiamente oculta su único problema que es centrarse excesivamente en la historia de Estados Unidos -América- para describir un fenómeno que también incluye entre otros, a los principales países europeos .
Para el autor el neoliberalismo es la creencia de que el mercado, el libre comercio y la libertad de movimientos de capital, bienes y personas, garantizan el desarrollo ordenado de nuestras sociedades. Su auge se produce entre los años 70 del pasado siglo hasta el año 2020, en el que los gobiernos y las instituciones internacionales han abierto la puerta a un nuevo orden postliberal.
El neoliberalismo dejó de ser un movimiento político para convertirse en un sistema político, que surge de las cenizas del New Deal y florece plenamente gracias a la caída del comunismo. Para mantener su tesis Gerstle tiene que superar la definición clásica de conservador y liberal en la jerga política americana que es distinta de la del Reino Unido o la del resto de Europa.
Fueron Hayek y Von Mises los que siembran las semillas ideológicas del neoliberalismo tras la primera guerra mundial con la pretensión de disminuir los conflictos. Después de la Segunda Guerra Mundial Hayek funda la “escuela de Mont Pelerin“ (Suiza), a la que se une el que sería el economista más prestigioso de esa corriente: Milton Friedman.
En los acuerdos de Bretton Woods-1944- se decide la creación de las organizaciones internacionales que tendrían que aplicar la teoría: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
El orden “socialdemócrata” del New Deal se mantuvo durante la presidencia republicana de Eisenhower, que gastó más en obra pública que Roosevelt o Truman y mantuvo el marginal del 90% en el impuesto sobre la renta, ayudado por el Tribunal Supremo del también republicano Earl Warren. En Europa ese mismo orden se ve obligado a proteger a una sociedad atemorizada lo que consigue con la creación del “Estado del Bienestar“ que incluye sistemas públicos y universales de sanidad universal, mejora de las pensiones, educación gratuita y obligatoria que favorecieron el crecimiento ordenado y de larga duración..
En Estados Unidos la planificación estatal, la expansión del sector público -1930-1970- el control de los monopolios y la preferencia de la estabilidad sobre la especulación, explicarían la reacción “revolucionaria“ de Reagan contra los sindicatos, la desregulación y la bajada de impuestos, casi simultánea a la que tiene lugar en Gran Bretaña con Margaret Thatcher.
Pero Carter ya había aplicado políticas neoliberales con el inicio de la desregulación aérea y la partición de AT&T American Telegraph and Telephone).
Las políticas neoliberales se mantuvieron en las sucesivas presidencias. Aquí aparece la tesis central del libro: Reagan y los dos Bush eran conservadores, Clinton y Obama liberales, “progresistas” en lenguaje europeo, pero todos eran neoliberales por la centralidad de sus políticas liberalizadoras. Algo similar ocurrió en Europa con los gobiernos posteriores al de la llamada “dama de hierro“, partidos distintos, políticas similares.
Varias décadas sin control de los mercados contribuyeron a la crisis financiera y al ascenso de Trump y Sanders que, según Gerstle, eliminaron las categorías políticas existentes.
La ilusión de crear una ”sociedad de propietarios” de Reagan y Thatcher con tipos de interés bajos e hipotecas impagables consiguió un resultado opuesto: mayor desigualdad e inseguridad.
La reacción de gran parte de la población a las crisis financieras e inmobiliarias durante las que había que salvar a los bancos pero no a los propietarios de viviendas, dos guerras inútiles, la elección del primer presidente negro, la dependencia del Partido Demócrata de Wall Street y Silicon Valley y la mezcla de proteccionismo y neoliberalismo dieron lugar al “etnocentrismo“ de Trump, que luego contagió a Orban, Putin, Xi Jinpin, Modi (el autor no cita a Netanhyahu, Berlusconi y Meloni) y partidos de extrema derecha en varios países europeos, en el que los gobiernos favorecen el predominio de ciertos grupos en función de determinada raza o religión.
Después del 2008 tanto los consumidores como los productores de varios países empezaron a poner en duda la necesidad de un mundo sin fronteras, algo que puede ser racista y xenófobo, pero forma también forma parte de la oscilación permanente de la teoría y la praxis política.
“Auge y caída del orden neoliberal“ es un trabajo indispensable para intentar entender la situación política y económica mundial en la actualidad.
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