El objetivo de la nueva regulación, que se enmarca en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, es reorientar la movilidad hacia modelos de transporte más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, dando soluciones sustitutivas a otros medios de transporte dentro de las grandes ciudades e intentar reducir los gases contaminantes.
La ministra de transportes Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, nos confirma que: “Nuestra intención es llevar próximamente el anteproyecto de ley al Consejo de Ministros en segunda lectura, después de incorporar las aportaciones y observaciones del resto de ministerios”. Pero en cualquier caso se están acelerando los trámites para poder presentar una parte del anteproyecto en el Global Mobility Call (GMC), que es el congreso internacional sobre movilidad sostenible, que se llevará a cabo entre el 14 y el 16 de Junio en el Recinto Ferial IFEMA de Madrid.
El escenario es el siguiente, se quiere aprobar la ley durante este año, antes de los plazos estipulados por la futura ley de Movilidad Sostenible y Financiación del Transporte por los compromisos adquiridos por parte del reino de España al respecto, con la Comisión Europea en el marco del Plan de Recuperación y Transformación y Resiliencia.
Esta nueva ley, permitirá a los ayuntamientos cobrar “peajes urbanos”, o “tasas de congestión”, a los vehículos contaminantes que circulen por las zonas de bajas emisiones que serán obligatorias en las ciudades de más de 50.000 habitantes.
El principal objetivo de cobrar este tipo de tasas, es buscar que las ciudades prioricen la “Movilidad Activa” tales como andar, usar la bicicleta o el patinete eléctrico. Son opciones saludables y exentas de emisiones y no podría faltar el transporte público colectivo.
Son soluciones asequibles para toda la ciudadanía. Con estas iniciativas se conseguiría que dejemos nuestros vehículos apartados de nuestras ciudades y ser menos contaminantes.
Ya se está implantando en las grandes urbes como Madrid y Barcelona, claro ejemplo, con limitaciones de áreas restringidas a ciertos tipos de vehículos más contaminantes y que no cumplan con los protocolos ya estipulados por los municipios correspondientes.
Para ello, ya se sacó el sistema de etiquetas ambientales de la Dirección General de Tráfico (DGT) hace años.
En la actualidad tan solo existen dos ZBE, es la forma a la que se le ha denominado la DGT cuando lo implanto en España hace unos años, Madrid y Barcelona, pero la ley de cambio climático obliga a las 149 ciudades de más de 50.000 habitantes y a las de más de 20.000 más contaminadas, a crear áreas de este tipo, antes de que acabe este mismo año.
Ahora bien con esta medida de “La tasa de congestión”, se pretenden cobrar en los próximos meses una cantidad a los vehículos que entren en unas áreas menos contaminantes, en concreto como son los centros de menor contaminación. La gestión e implementación de la tasa o peaje la gestionaran los ayuntamientos. Su recaudación iría dirigida al mantenimiento y mejora del transporte público.
En un primer momento, la mayoría de usuarios quedaron bastante asombrados con las antiguas restricciones, como dijimos anteriormente ZBE, ya que con esta nueva ley eliminará de golpe la iniciativa “ecofriendly” cerrando las calles al mundanal tráfico rodado más contaminante y les permitirá el acceso siempre y cuando paguen esta tasa. Mejor dicho pagas y puedes entrar si no pagas no entras.
¿Se puede apostar por la bicicleta como medio de transporte dentro de la ciudad como sustitutivo al coche?
El futuro texto señala, que el Gobierno dispondrá de un Plan nacional de impulso al uso de la bicicleta, cuya elaboración, implementación, seguimiento y actualización, corresponderá al Ministerio de Transportes. Un adelanto de ese plan y para más información lo podemos ver la página web: https://esmovilidad.mitma.es/estrategia-estatal-por-la-bicicleta
Este documento se enfoca en el impulso decidido a la movilidad activa y, en concreto, en el papel de la bicicleta en el sistema de transportes.
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