Por el contrario, la cantidad de alimentos y bebidas sin procesar, las arrojadas al contenedor tal y como se compraron, descendió un 6%, aunque su peso en el conjunto de los desperdicios es muy mayoritario, según los resultados del último panel del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
El informe asegura que, en la oleada de primavera-verano de 2020, se produjo un incremento del 1,1% en el volumen de alimentos tirados a la basura con respecto a la de otoño-invierno 2019-2020.
Los meses de verano registran una tendencia al incremento en el desperdicio de alimentos, un fenómeno que se produce en tres de cada cuatro hogares españoles, por lo que el Ministerio considera necesario reiterar las llamadas para reducirlo y en favor de un consumo responsable.
El 23,1% de los alimentos arrojados a la basura entre primavera y verano son cocinados, porcentaje que en otoño e invierno desciende al 17,2%. Según los datos del panel, el 42,1% de los hogares arroja a la basura platos preparados en la temporada estival, frente al 38,1% que lo hace en el semestre de otoño e invierno.
En la época más cálida se produce un mayor desperdicio de platos de carne, pescado, verduras y ensaladas, que son productos más frescos. Por el contrario, se reduce el de guisos, potajes, cremas, sopas y purés, que en verano son menos consumidos.
En el total del año 2020 los hogares españoles arrojaron a la basura 1.364 millones de kilogramos/litros de alimentos, con una media de 31 kilogramos /litros por persona. Combatir este despilfarro debe ser un compromiso ético que implique a toda la sociedad.
FUENTE: expogourmetb2b.com