“El yo sitiado”, de María Antonia García de León

Cuando parecía imposible en su propia superación nos sorprende de nuevo, y en particular a este critico Premio Nacional de Teatro, con “El Yo Sitiado”·

Su enorme experiencia magistral y su instinto excepcional nos sitúa, se sitúa en plena Pandemia de Covid 19, para desde ese enterramiento en vida, encarcelamiento en la mazmorra colectiva, y apurar los dolores y las angustias que ha venido padeciendo la humanidad, pues se ha tratado de una epidemia mundial y global.

Este crítico avezado, por unos momentos llegó a pensar que el Corona Virus iba a exterminar a la Humanidad toda entera. Después no ha sido así pues somos tan correosos y resistentes que además de vencer a los Dinosaurios, al Cambio Climático y a las mazmorras de los campos de exterminio nazis de Dachau , Bergen-Belsen y Auschwitz, hemos vencido también al Corona.

¿Llegará algún día el fin de la Humanidad?. San Juan, el Apóstol predilecto de Cristo en su destierro de la isla de Patmos en el mar Egeo así nos lo hace ver desde las páginas indelebles de su Apocalipsis.

Yo no sé dónde andaba Antonieta. Sufría, temía por su desaparición, tal es mi admiración y afecto por ella. Pero no, María Antonia García de León estaba dedicada en cuerpo y alma a la redacción de este libro precioso y oportuno, luz variada, amena, refulgente y culta, para dar sentido a todos los humanos y demostrar que desde la más profunda de las torturas de la falta de libertad, desde los aplausos a las ocho de la tarde en las terrazas y los balcones, se puede aspirar a la inmortalidad, al bien y al paraíso, si esa persona , claro, es una mujer excepcional, no una memoriona simple o una estratega, sino una creadora auténtica, refulgente y genial, con una dosis de fantasía y de cultura semejantes; conservando la belleza en la portada de Pigmalión, desde donde parece decirnos lápiz amarillo en ristre: “No temáis, lectores y lectoras, no tengáis miedo, que yo estoy a aquí para defenderos, porque mientras viva la tierra seguirá siendo la tierra, y la literatura y la escritura la más bella de las artes”.