Hasta hace algún tiempo para comprar una manguera sólo era preciso ir hasta la ferretería más próxima y elegir la que mejor se acercara a nuestro presupuesto y lo único que nos interesaba era asegurarnos que el terminal que se ajusta al grifo fuera del tipo standard y que el pitón (o pistola) por dónde sale el agua tuviera al menos el sencillo mecanismo para regular la potencia o intensidad del caudal de líquido.
Hoy mismo sin embargo, además de la ferretería del barrio, podemos encontrar este elemento en grandes superficies y en tiendas especializadas en artículos de jardinería ya que las mangueras se presentan en variados tipos y calidades dependiendo del uso principal a la que destinaremos este artículo y es preciso tomar en cuenta que la demanda de este producto, ha hecho proliferar un gran número de tipos y calidades y no siempre se encuentra una. que reúna todas las especificaciones que recomiendan los profesionales del sector.
Una de las primeras características a considerar a la hora de comprar una manguera es la longitud y en este aspecto, encontraremos una variedad en el mercado que va desde los 3 o 5 metros hasta los 50 si bien la extensión promedio y que más demanda tiene, es la manguera de una longitud de 25 metros que resulta muy manejable y en términos normales, nos permite una gran variedad de usos tales como regar el jardín, lavar el coche o refrescar el porche o la terraza de casa en los calurosos días del verano.
Otro detalle a tener muy en cuenta es el diámetro de la manguera tomando en cuenta que el standard de los grifos de agua están diseñados para medidas de 1,5 1,8cms de diámetro, más que suficiente para prestaciones normales como las antes descritas.
También es muy importante tomar en cuenta la calidad del tubo de la manguera y lo recomendable es no decantarse por mangueras de plástico blando o de aparente firmeza mientras están enrolladas y perfectamente embaladas en la tienda. Estas por lo general, representan una gran dificultad a la hora de recogerlas para guardarla después de usarla ya que tienden a doblarse y “virarse” mientras se las enrrolla alrededor del soporte dispuesto al efecto. La mayoría de mangueras son de polietileno, poliuretano, PVC o goma EVA. Este último es el más flexible, mientras que los dos primeros son los que ofrecen mejor resistencia a la intemperie.
En opinión de los profesionales, es mejor elegir una manguera de cuerpo duro y reforzada con un entramado interior (suele ser metálico) que le proporciona tanto la firmeza como la necesaria (y mínima) rigidez y flexibilidad que aseguran una perfecta recogida y enrollado en el soporte al uso para su almacenamiento.
Estas mangueras, la reforzadas con malla interior son también las que mejor resisten las condiciones climáticas de intenso frío en invierno y calor extremo en verano, dos de los principales “enemigos” de una manguera que está expuesta a un deterioro rápido si solo es un tubo de plástico sin mayor protección contra los cambios de temperatura, el roce y los sucesivos dobleces producto de la ausencia de elementos de refuerzo.
Por último es también muy importante que la manguera sea de fácil instalación y que el kit incluya los elementos para su acople al grifo así como también que el pitón o pistola para regular el flujo del agua sea de plástico endurecido y de la mejor calidad y que no contenga, elementos de fácil rotura ya que de ser así la reposición de una parte o de todo el ensamblaje, dificultará su correcto funcionamiento.
Para conseguir una larga duración de la manguera es ideal instalarla en un sitio que asegure sombra en verano y reguardo de la lluvia en invierno y que se conserve perfectamente ordenada en un soporte diseñado al efecto y que puede ser muy útil a la hora de recogerla y extenderla. Se fija en la pared y poseen una manivela para facilitar su manejo y perfecto enrollado. También se encuentran disponibles a precios muy razonables en los mismos lugares donde adquiera la manguera.