En su rueda de prensa diaria el mandatario aseguró que habrá “mucha muerte” de forma inminente pero volvió a expresar su voluntad de que el país vuelva “pronto” a la normalidad, algo que contradice las recomendaciones de los expertos en salud pública.
Más de un tercio de los contagios en Estados Unidos del COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, están concentrados en el estado de Nueva York, cuyo gobernador, Andrew Cuomo, pronosticó más temprano este sábado que el pico de contagios tendrá lugar en los próximos siete días.
“Esta será probablemente la semana más dura, entre esta semana y la próxima, y habrá mucha muerte”, dijo Trump.
Sin embargo, apenas seis días después de rendirse en sus amagos de reabrir el país para el domingo de Pascua y aceptar lo que recomendaban los expertos de su Gobierno -mantener las medidas de distancia social hasta el próximo 30 de abril-, Trump se dejó vencer de nuevo por sus instintos y opinó que Estados Unidos debería volver a la normalidad.
“Tenemos que volver al trabajo. Tenemos que abrir nuestro país de nuevo. No queremos hacer esto durante meses y meses y meses. Nuestro país no está hecho para esto”, recalcó el mandatario respecto a las medidas para mantener la distancia social.
Esa afirmación pareció preocupar al principal epidemiólogo del Gobierno de EE.UU., Anthony Fauci, quien subió en dos ocasiones al podio para subrayar que “las medidas de mitigación funcionan” y que los estadounidenses deben quedarse en casa todo lo posible, porque lo que están haciendo “está marcando una diferencia y hay que seguir con ello”, por “difícil que sea”.
En un momento, Trump recuperó el podio que acababa de dejar Fauci para matizar: “Sí, la mitigación funciona, pero, ¿saben qué? No vamos a destruir nuestro país (económicamente), tenemos que volver (a la normalidad)”.
Trump adoptó esa postura al mismo tiempo que reconocía que las cifras de fallecimientos previstas para los próximos meses en EE.UU., de hasta 240.000 muertos con medidas de contención y 2,2 millones sin ellas, “no se han visto desde quizá la Primera o la Segunda Guerra Mundial”.
Pero el mandatario, que se juega la reelección en noviembre próximo, ha dejado claro que su prioridad es la economía, y este sábado dijo que le “gustaría” que los estadios deportivos del país vuelvan a estar llenos de público para agosto, a pesar de que los expertos no descartan que algunas ciudades se encuentren todavía para entonces en su pico de contagios.
Más de 300.000 casos
Estados Unidos, el país con más contagios de coronavirus del mundo, alcanzó este sábado los 305.820 casos, el doble que hace cinco días, con al menos 8.291 muertos por la enfermedad, según el recuento extraoficial del Centro de Sistemas, Ciencia e Ingeniería (CSSE) de la Universidad Johns Hopkins (Maryland).
Mientras que España e Italia, que son respectivamente el segundo y tercer país en número de contagios, “están viendo cómo cae el número de casos” en su territorio, Estados Unidos “está unos 12 días por detrás de ellos”, explicó la doctora Deborah Birx, que dirige el grupo de trabajo de la Casa Blanca contra el coronavirus.
“Esperamos estar en la misma posición” que España e Italia próximamente, añadió Birx durante la rueda de prensa en la Casa Blanca.
Fauci coincidió durante el mismo acto en que “esta semana y la próxima, las muertes van a seguir subiendo” en el país.
Sin embargo, Fauci pidió “fijarse en el efecto de (las medidas de) mitigación” que se han implementado en las últimas dos semanas, y afirmó que donde se verán reflejadas será “en el número de nuevos casos”.