Este colectivo tiene elaborado un trabajo sobre “Los cocidos de Cantabria”, que está a la espera de la oportuna ayuda económica para poder editarle.
Además, de disfrutar y valorar el cocido pasiego, los miembros de la peña abordaron durante el almuerzo, en el que no faltó la quesada a la hora del postre, abordaron diversos aspectos de su labor cultural y gastronómica.
Los compangos aprovecharon su estancia en Vega de Pas para visitar el museo etnográfico de “Las Tres Villas Pasiegas” y recorrer sus calles y establecimientos de hostelería, así como sus monumentos más significativos, la iglesia parroquial (XVIII) y los restos del sanatorio del Doctor Madrazo, de principios del XIX y obra singular en su época. El 20 de agosto de 1894 se inauguró en Vega de Pas el famoso Sanatorio Quirúrgico del doctor Madrazo.
Un edificio de doble planta; la primera dedicada a consultas y servicios generales; la segunda a salas de curas, quirófanos y habitaciones. Gozaba de amplios ventanales, de gruesos muros adornados con frescos de representaciones naturales, con arbolados y jardines en el exterior que daban un aire alegre y puro a todas las estancias del sanatorio.
En él se realizaron 256 operaciones en siete meses, con tan sólo cuatro fallecidos. El rotundo éxito le llevó al doctor Madrazo a engrandecer sus ambiciones y fundar en 1896 un sanatorio de mucha más capacidad en Santander, abandonando el de Vega de Pas por quince años, hasta que en 1910 se crea en estas antiguas instalaciones las Escuelas Públicas y Laicas de Vega de Pas.
La plaza de Vega de Pas concentra también una gran belleza arquitectónica por sus casonas montañesas con balconadas.