Desde El Paso (Texas), uno de los puntos fronterizos más calientes, McAleenan reconoció que sus agentes están desbordados y que están dejando libres "a regañadientes" a los inmigrantes detenidos tras realizar verificaciones superficiales sobre sus antecedentes.
El funcionario fronterizo de mayor rango del país dijo que ésta es la "única" opción que tiene su agencia ante la masificación de sus comisarias y de los centros de detención para inmigrantes con solicitantes de asilo centroamericanos.
Es por ello que en sitios como El Paso se han habilitado centros de procesamiento improvisados en los que la masificación impide que se lleve a cabo el proceso habitual, que es detener a los recién llegados, entregarlos a las autoridades migratorias (ICE) y colocarles brazaletes o grilletes electrónicos para saber su ubicación antes de liberarlos.
En estos momentos la Patrulla Fronteriza tiene bajo su custodia a 13,000 inmigrantes. "4,000 es una cifra alta, 6,000 es nivel de crisis, 13.000 no tiene precedentes", explicó McAleenan.
También reveló que este martes fueron detenidas 4,100 personas, una cifra récord en la frontera en más de una década, y que marzo terminará probablemente con más de 100,000 detenciones, algo que tampoco se ve desde hace más de 10 años.
"Ese punto crítico ha llegado esta semana. La Patrulla Fronteriza enfrenta una crisis humanitaria y de seguridad sin precedentes en toda su frontera sur", dijo McAleenan, al observar que el número de llegadas aumenta mes a mes.
El jefe de la Patrulla Fronteriza también advirtió que muchos de los inmigrantes llegan enfermos después de largas y agotadoras travesías y que "teme una tragedia" en sus instalaciones.
"Con estos números, con este tipo de enfermedades que estamos viendo en la frontera, me temo que es solo cuestión de tiempo", aseguró.
En los últimos meses han muerto bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza al menos cuatro inmigrantes, dos de ellos niños de 7 y 8 años.