Portavoces del Elíseo han confirmado esta decisión que supone una concesión más del Ejecutivo francés para intentar calmar las manifestaciones de los "chalecos amarillos", movilizados desde el pasado 17 de noviembre por la caída de su poder adquisitivo.
Con este nuevo anuncio, el Gobierno francés pretende evitar a toda costa que se repitan este sábado las escenas de guerrilla urbana de la protesta del pasado 1 de diciembre en París.
A la anulación del impuesto al combustible, el que prendió la mecha del movimiento, se unen otras dos medidas dirigidas a apaciguar la tensión social ya comunicadas el martes: la congelación de las tarifas de la electricidad y el gas.
En el Consejo de Ministros celebrado el miércoles, Macron no cedió, sin embargo, a otra de las principales reivindicaciones de los "chalecos amarillos", el restablecimiento del impuesto sobre la fortuna (ISF).
Este tributo, que lo pagaban aquellos con un patrimonio neto imponible superior a los 1,3 millones de euros, fue suprimido en 2018 con el objetivo de aumentar el atractivo del país para los inversores y evitar que las grandes fortunas se establecieran en el extranjero.