Pero no todo queda aquí, sino que a más, tienen que ser testimonios en primera persona de violencia física y psicológica constantemente, ya sea con insultos, menosprecios, prohibiciones, limitaciones impuestas por los mismos ciudadanos y muchos otros hechos perjudiciales que no les permiten tener autonomía personal.
Un acontecimiento relevante de violencia que se suma a estos actos y que se pone de manifiesto por la justicia hoy en día, cuando en febrero de 2016, una tendera agredió a una persona invidente dentro de su tienda, por el hecho que accedió al interior con un perro guía. Un acto que está en trámites de resolución, una posible condena y una indemnización, pero no suficiente para la persona que es agredida y que recibe acciones injustas.
Son muchos los espacios habilitados para personas con diversidad funcional, pero con acciones como estas, nos damos cuenta que aún queda un largo camino para conseguir que las adaptaciones no solo sean un hecho puntual sino habitual. Con el fin de reducir el número de abusos, las diferencias que se establecen frecuentemente y en consecuencia, las estigmatizaciones, los etiquetajes o las clasificaciones que han de sufrir estas personas vulnerables, que solo hacen que queden excluidas socialmente y se alejen de poder ser una persona independiente.
Luchemos por un mundo de igualdades, habilitado para todos. Y nunca olvidemos: "la perspectiva de la diversidad desde la capacidad, permite eliminar el estigma y ponernos delante del sujeto, de la persona".
(*) Nuria Vegas García es Futura Educadora Social