Su ‘cercanía’ las hace ideales para el estudio de la formación y evolución de las estrellas, dado que pueden observarse a simple vista en el cielo del sur, pero las nubes de polvo interestelar impiden que se obtenga una visión más clara con los telescopios de luz visible.
La radiación infrarroja, sin embargo, no se ve tan afectada por estas nubes de polvo. Por ello, gracias a las capacidades infrarrojas del telescopio VISTA (Visible and Infrared Survey Telescope) del Observatorio Europeo Austral, se ha conseguido una serie de imágenes de la pequeña nube con una claridad única hasta ahora.
En la imagen (que ESO también ofrece a gran resolución) se aprecian los millones de estrellas que forman esta pequeña galaxia, varios cúmulos estelares y miles de galaxias de fondo. En la parte derecha, por ejemplo, se puede ver el cúmulo 47 Tucanae, que se encuentra más cerca de la Tierra que la propia Pequeña Nube de Magallanes.
Los resultados de esta observación están siendo analizados por un equipo internacional, dirigido por Stefano Rubele, de la Universidad de Padua (Italia).
Agencia SINC
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