La Policía rusa detuvo este jueves a ocho hombres bajo sospecha de estar involucrados en el atentado de San Petersburgo, que dejó 14 muertos el lunes pasado. Seis personas fueron arrestadas en San Petersburgo y dos en Moscú, dio a conocer el Comité de Investigación Estatal. Durante registros en sus viviendas se confiscó una bomba, similar al explosivo sin detonar hallado en una estación de metro de San Petersburgo, citó DPA.
Además los investigadores encontraron armas y municiones, reportó la agencia de noticias Interfax.
Las fuerzas especiales desactivaron hoy un artefacto explosivo en una vivienda, según comunicó el servicio secreto interno FSB. Los residentes fueron trasladados a un lugar seguro en un edificio cercano.
Los investigadores han identificado a Akbarzhon Yalilov, de 22 años, nacido en Kirguistán y nacionalizado ruso, como el autor del atentado. En el ataque registrado el lunes en el metro de San Petersburgo murieron 14 personas, entre ellas también Yalilov. Más de 50 pasajeros resultaron heridos.
En los últimos días, los investigadores detuvieron a ocho personas de Asia Central en San Petersburgo. No están claros sus nexos con el atentado, aunque se sospecha que hacían publicidad para organizaciones extremistas.
Tras el atentado en San Petersburgo, entre 3.000 y 4.000 personas respondieron a una convocatoria del Gobierno ruso para manifestarse contra el terrorismo.
"Somos solidarios con San Petersburgo", clamó un hombre desde el escenario ubicado cerca del Kremlin. En el fondo sonaban las campanas de las iglesias, interrumpiendo el silencio que dominaba en el lugar.
Personas ancianas participaron de la marcha por la paz en Moscú. Muchos llevaron banderas rusas y claveles rojos, en muestra de solidaridad.
El diario Kommersant reportó el miércoles que el Kremlin organizó la manifestación, a la que se esperaban políticos de todos los partidos.
Entre los manifestantes en Moscú, un hombre elevó una pancarta con un gran signo de interrogación. Las personas en la marcha adoptan una posición demasiado poco crítica, opinó Vladimir, quien no quiso revelar su apellido.
"Naturalmente debemos llorar a los muertos, pero también deberíamos exigir respuestas del Gobierno. ¿Qué quiere hacer contra el terrorismo y la violencia?", reclamó el moscovita de 60 años.