Después de que el Tribunal Supremo español y el abogado general de la UE se hubieran posicionado a favor de proteger a la banca del pago total de las indemnizaciones por estas cláusulas abusivas, las entidades esperaban otro fallo favorable.
No fue así y pilló por sorpresa incluso a los inversores que se lanzaron a vender títulos de la banca española, muy afectada también por los vaivenes de Banco Popular (en plena crisis ejecutiva) y de la banca italiana.
BBVA aceptó el miércoles por primera vez la posibilidad de tener que pagar lo cobrado de más antes del 9 de mayo de 2013. En un hecho relevante notificó que costear las indemnizaciones tendrá un impacto neto en sus beneficios de 404 millones de euros. Esto quiere decir que la cifra a pagar es mucho más elevada pero después de pasar por el complicado (y a veces imaginativo) proceso de la contabilidad financiera será lo que drene su cuenta de resultados.
El banco es el principal protagonista de este culebrón financiero por dos motivos muy diferentes. Por un lado, se estima que es una de las entidades que más hipotecas concedió con esta cláusula "escondida" en los contratos. Esto le hizo ser la víctima más propicia para el equipo extorsionador de Ausbanc. La falsa organización de consumidores amenazó a la entidad presidida por Francisco González con llevarla a los tribunales si no pagaba la habitual mordida en el sector.
El banco se negó y Ausbanc llegó hasta Luxemburgo para hacerle pagar la factura completa. Pero con él, la riada judicial arrasó con el resto de las entidades, las que según la policía, se avinieron a pagar el rescate y las que no.
La sentencia resuelve directamente casos que afectan a BBVA, Banco Popular y Caja Sur. Pero el alto tribunal europeo sienta jurisprudencia y el resto de entidades que tengan cláusulas suelo terminarán acatando el fallo del Alto Tribunal.
Las entidades no contemplan, por el momento, devolver de forma automática el dinero cobrado de más a sus clientes. BBVA atenderá uno por uno los casos que se vayan presentando en sus oficinas (sin contar con las decenas de casos que están atascados en tribunales españolas a la espera de este fallo europeo). Se atienen, según el comunicado oficial, a esperar a que los juzgados españoles vayan interpretando la sentencia.
Como en el caso del reciente fallo europeo sobre los interinos y los funcionarios, lo que veremos las próximas semanas es un reguero de sentencias que aplicarán la doctrina de la UE pero con las particularidades que el juez de turno desee incorporar. Es cierto que la sentencia sobre interinos no era tan clara en algunos de sus puntos, pero por ahora no ha logrado que la Administración revise las indemnizaciones y se ahorre esta litigiosidad. La banca sí ha corregido (a instancias del Gobierno) su regulación sobre cláusulas abusivas en términos generales.
Los bancos se quieren aferrar al principio de "cosa juzgada" para seguir esquivando el pago retroactivo y prefieren ahorrarse, por el momento, aceptar automáticamente (como hizo Bankia con la devolución del dinero a los accionistas minoristas) la devolución del dinero. Ni siquiera Bankia, que tenía provisionados 100 millones de euros para pagar cláusulas suelo y que tras la sentencia provisionará 100 millones más, acepta por el momento entrar en esta devolución automática.
A Popular la sentencia le llega en un momento dramático, de cambio de presidente (anteayer mismo estaba reunido el Consejo de Administración) y de dudas del mercado sobre su viabilidad en solitario. El banco se ha atenido a lo que había previsto antes de la sentencia, un "impacto" de 334 millones de euros. Ni una palabra más.
La otra entidad que sudó ayer la gota gorda fue Liberbank. La entidad nacida de la fusión de Cajastur y Caja Castilla-La Mancha (entre otras) tenía provisionados 120 millones de euros y ayer anunció que los intereses de más que habían cobrado estarían alrededor de 83 millones de euros. Al ser la entidad más pequeña, esta cantidad tiene un impacto relativo mayor y los principales informes de la banca la han señalado como la más afectada por esta sentencia.
Sin noticias de Sabadell
Los que ni siquiera remitieron hecho relevante a la CNMV fueron Sabadell y Caixabank. Sabadell asegura que sus cláusula suelo no son ilegales porque se informó con criterios de transparencia en todo momento a sus clientes y que solo han atendido determinados casos. Esta posición de la entidad choca con dos cuestiones. Los datos que manejan el resto de casas de análisis, que sitúan a la entidad como la segunda más afectada por estos pagos, después de Lieberbank. En el sector descuentan que Sabadell tiene un parque de hipotecas con cláusula suelo equivalente a 1.500 millones de euros.
Además, en el sumario del caso Ausbanc, la policía recogió sus sospechas sobre que la entidad catalana, junto con Liberbank y Banco Mare Nostrum, se avino a pagos para evitar juicios. Según el informe de la UDEF, Sabadell realizó 28 transferencias a Ausbanc por 2,6 millones de euros. Sabadell pasó de pagar apenas 44.000 euros en 2011 a 634.568 en 2012; 801.454 euros en 2013 y 801.453,98 euros en 2014.
En septiembre de 2011, Sabadell perdió una demanda contra las cláusulas suelo interpuesta por Ausbanc y a partir de ese momento, que coincide con la subida de las aportaciones, la entidad prácticamente no vuelve a pisar los juzgados por ese motivo.
Por su parte, Caixabank tampoco ha emitido hecho relevante para aclarar el coste de esta decisión judicial. Aunque el parque de hipotecas afectado también es uno de los mayores, la entidad es una de las más importantes de España por lo que en términos relativos el impacto sería mucho menor. De hecho la entidad apenas fue penalizada en bolsa, frente a los recortes de más de un 10% de Sabadell, Popular y Liberbank,
En cualquier caso, la entidad, como el resto de implicadas, no han ofrecido ninguna solución a sus clientes, de ahí la propuesta del PSOE al Gobierno de crear un mecanismo de arbitraje externo que despeje la avalancha de reclamaciones como en el caso de las preferentes. La negativa de los bancos a asumir que fallaron en informar correctamente a sus clientes les sumirá, salvo cambio de opinión, en un fragor de revisión de contratos hipotecarios de miles de sus clientes.
Los bancos prefieren jugársela a ver si la Justicia española también se resiste a la aplicación de la sentencia, algo muy poco probable. El contexto económico, muy diferente al de 2013 cuando el país estaba en pleno programa de rescate y la banca todavía hundida, deja pocos escollos a los jueces para hacer cumplir la sentencia completa. Los próximos días con la cascada de resoluciones y las dudas de los clientes serán claves para ver si la banca cambia de opinión y aligera el proceso. En un contexto de crisis de modelo de negocio, donde es casi imposible ganar dinero y la mayoría optan por subir comisiones, comprometer recursos en una tarea tan improductiva puede tener un coste especialmente elevado.
Belén Carreño / Marta Garijo
eldiario.es
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