"Nos da miedo, me da miedo el narcotráfico", dijo Morales durante una entrevista con The Associated Press. "Pero (la lucha contra ese fenómeno) no solamente es responsabilidad del gobierno nacional, ni del pueblo boliviano, sino de los países donde se consume la droga, la cocaína. El pueblo boliviano no es de la cultura de la cocaína".
Morales dijo que su país está llevando a cabo un plan para combatir el problema junto a sus fuerzas armadas, pero que "solos no vamos a poder combatir".
"Así como Estados Unidos, con toda semejante plata, no puede bajar ni la demanda ni puede enfrentar las drogas sintéticas", señaló.
Morales habló en el marco de la cumbre de los Objetivos del Milenio que se celebra en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York.
Las relaciones entre Estados Unidos y Bolivia son tensas. En 2008, Bolivia expulsó al embajador estadounidense en La Paz, Philip Goldberg. Morales también expulsó a la agencia antidrogas estadounidense DEA. Sin embargo, grupos mafiosos relacionados con el narcotráfico están adquiriendo protagonismo en el país, sobre todo en la zona de Santa Cruz.
El líder boliviano -que dirige la tercera nación del mundo productora de coca y cocaína - dijo que está intentando mejorar las relaciones con Estados Unidos, pero que los estadounidenses no cooperan.
"Obama reconoce los avances logrados por el país contra el narcotráfico, y sin embargo, nos descertifica. ¿Dónde está la responsabilidad compartida en la lucha contra el narcotráfico?", preguntó Morales durante la entrevista, realizada en las oficinas de la Misión de Bolivia ante la ONU.
"Estados Unidos usa el terrorismo o el narcotráfico para intervenir militarmente algunos países", destacó el mandatario. "Estados Unidos usa el narcotráfico para intereses geopolíticos".
Morales señaló que sin la DEA el país "está mejor", pero que espera "resolver de una vez el tema" de la restitución de un embajador estadounidense en La Paz.
"Depende de un nuevo acuerdo, marco, de relaciones diplomáticas, de inversión, de cooperación y de crédito. Y lamentablemente no hablamos", indicó. "Tenemos mucho deseo que se restablezcan las relaciones y el intercambio de embajadores, pero no quieren".
Morales dijo el martes durante una rueda de prensa que la agencia de Estados Unidos para el desarrollo (USAID) sigue conspirando contra el gobierno boliviano y que espera "no llegar" a una situación en que la organización tenga que ser expulsada del país.
Respecto al narcotráfico, Morales destacó que Brasil ha prometido seis helicópteros, y que Bolivia planteará más colaboración a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
"Esperar al norte es perjudicarnos. El sur se ha de organizar", destacó.
Morales, vestido con una chaqueta azul oscura sobre una camisa blanca con bordados, también habló sobre su admiración por el ex presidente cubano Fidel Castro.
"Fidel, batalló por su patria y ahora batalla por su vida", dijo. "Lo vi en un momento cuando estaba muy mal, muy mal. Me hizo llorar. Somos muy sensibles. Pero ahora verle caminar, hablar, es una enorme satisfacción".
El líder boliviano hizo hincapié en temas económicos, mencionando la negociación con empresas internacionales interesadas en la explotación e industrialización del litio boliviano. Morales indicó que el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, le hizo "la última propuesta" el lunes, aunque no ofreció detalles sobre ésta.
El gobierno de Morales ha recibido varias propuestas de industrializar el litio incluyendo transnacionales coreanas y japonesas como Mitsubishi, Sumitomo, LG y la francesa Bolloré, ya que Bolivia tiene la mitad de las reservas mundiales del litio, según estudios estadounidenses.
Morales llevó a cabo una apretada agenda en Nueva York, llena de entrevistas, reuniones y ruedas de prensa, pero dijo que no se olvidó el martes de madrugar para irse a correr alrededor del Parque Central de Manhattan.