La Ley Mordaza: Un motivo más por el cual el PP perderá en noviembre

Así, si Ud. tiene un negocio por ejemplo, lo normal, natural y lógico es que lo administre bien y procure que el contexto dónde desarrolla su actividad sea el adecuado y aunque siempre hay imprevistos, una parte de su accionar debe (o debería) contemplar soluciones para eventuales contratiempos. Esto que en cualquier actividad de la vida diaria parece incuestionable no se proyecta sin embargo, al accionar político y entonces aparecen gobiernos que hacen exactamente todo lo contrario de aquello que podría favorecerles su larga permanencia en el tiempo.

La famosa Ley Mordaza (como se le viene llamando popularmente) y que ha entrado en vigor hoy mismo, es precisamente lo que nunca un gobierno democrático y que aspira a perdurar en el favor y apoyo ciudadanos debería hacer. España es un país con una muy joven democracia que no supera todavía los 40 años. ¿Qué son 40 años en la vida de un país?... prácticamente nada. En términos de antigüedad y experiencia democráticas somos aún bisoños, cadetes del devenir democrático y por ello quizás, el gobierno con una idea muy equivocada, ha querido implantar esta torpe normativa que no hará nada más que ahondar el ya profundo abismo que existe entre gobierno y ciudadanía.

Promulgar leyes que amenazan la libertad de expresión es una mala opción política puesto que pondrá de uñas de manera transversal (excepto a los más ortodoxos partidarios del gobierno) a todos los ciudadanos que verán en esta medida, un claro intento por parte del gobierno para acallar las crecientes críticas a su gestión gubernamental. ¿Qué otra razón (verdadera) puede tener un gobierno para limitar los derechos ciudadanos a expresarse libremente?

En las llamadas repúblicas bananeras que con tanto desprecio miramos desde acá, dentro de las primeras medidas que toman los gobernantes poco afectos a los derechos ciudadanos y democráticos del pueblo, están las limitaciones a las libertades de prensa y expresión y se produce como consecuencia inmediata, el establecimiento de una difusa línea que divide aquello que para los gobernantes del momento es “atentatorio” o no, a los poderes y/o personeros del Estado.

Por otro lado y cualquiera que no sea ciego lo ve, no puede ser más inoportuna la puesta en vigencia de esta Ley que irrumpe golpeando fuerte apenas a cinco escasos meses de las elecciones generales en las cuales un presidente de gobierno y del partido que lo sustenta, se ha enrocado en su intención de ser él, el candidato a la reelección sin reparar que este asunto y lo que de el se derive, gravitará de manera inexcusable en torno a su ya erosionada figura política y de lo que no hay duda es que cierto o no, la puesta en vigor de la llamada Ley Mordaza será un lastre difícil de alivianar en la ya de por si difícil carrera por la reelección que enfrentará el presidente antes de fin de año. Cuando se piensa en estas situaciones uno se pregunta en dónde estarán los estrategas (si es que los hay) del gobierno...