Teresa Berganza y Ana Diosdado, investidas doctoras honoris causa por la Universidad de Alcalá

En su discurso, Teresa Berganza, cuya laudatio realizó Ignacio Cobeta, catedrático de Otorrinolaringología de la UAH, explicó que en su caso, el canto había sido anterior o simultáneo a la palabra, pero que antes incluso, estaba la música. Se reconoció privilegiada por haber llegado a ‘cantar de manera elevada’ y por haber podido transmitir sus emociones a través de la música, y explicó que había dos autores con los que su dedicación había cobrado el máximo sentido: Rossini y Mozart. Berganza destacó también la atención que había dedicado a la música española y muy especialmente, a la zarzuela, ‘una joya que merece la pena conservar y destacar’. La mezzosoprano concluyó su intervención reconociendo que con el tiempo, se pierden facultades, ‘pero se conservan la técnica, el conocimiento y la experiencia’, y aseguró que es una satisfacción dedicarse ahora a formar las nuevas generaciones.

Por su parte, Ana Diosdado, cuya laudatio corrió a cargo de Mar Rebollo, profesora de Literatura Española y directora del Aula de Teatro de la UAH, comenzó su discurso agradeciendo también a la Universidad la decisión de investirla como doctora honoris causa. Crecida en un ambiente teatral (hija de actores, su madrina fue Margarita Xirgú), recordó que la primera palabra que dijo en su vida fue ‘Timbre’, refiriéndose al que sonaba en el teatro anunciando a los actores que debían salir a escena, y destacó la suerte inmensa que había tenido al dedicarse a aquello que más le gustaba, y hacerlo con pasión. Diosdado describió la cultura como un mosaico, formado por pequeñas teselas, ‘cada una de las cuales, por pequeña que sea, sirve para comunicar’ y terminó su discurso describiendo el arte y la cultura como ‘el mayor y más alto patrimonio’.

El acto finalizó con la intervención del rector de la UAH, que aprovechó la investidura de Berganza y Diosdado para recordar que fue precisamente la UAH la primera en otorgar el título de doctora a una mujer ( María Isidra de Guzmán y de la Cerda en 1785). ‘Hoy hay muchas Marías de Guzmán que se doctoran en esta Universidad’, afirmó, ‘pero también distinguimos con este título a aquellas personas que se han destacado por su prestigio, mérito y honor, como es el caso de estas dos grandes damas del teatro’, y que precisamente el Paraninfo en el que se había desarrollado el acto era conocido en el siglo XVI como el teatro o la gran pieza del teatro’.

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