Un novillero mexicano termina en la cárcel por negarse a matar al toro

El novillero mexicano Christian Hernández tuvo una vergonzosa actuación la pasada semana en la Plaza México, en la que le devolvieron vivos a los corrales los dos astados de su lote.

Hernández reflejó en el rostro el pánico que sintió al salir al ruedo. No quiso ver a su primero y escuchó los tres avisos. En el quinto vino el aguacero y tampoco lo quiso ver. La policía lo detuvo por incumplimiento del contrato. Se arrancó el añadido y sonaron los tres avisos. Monumental bronca del público.

Después de escapar a la carrera del ruedo en plena corrida en la Plaza de México, explicó avergonzado que no tuvo la valentía suficiente para torear. "Me faltaron un par de huevos. Esto no es lo mío". Y para dejarlo bien claro el novillero se cortó la coleta en la plaza en señal de que se retiraba definitivamente de los toros.