Cooperación hispano-boliviana
En Bolivia, no es fácil ir a clase si se vive en el campo
Aragón financia varios proyectos de desarrollo de Cáritas en el país andino.
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
Aunque su ministro de Economía, Luis Arce, anunció a finales del año pasado que Bolivia dejaba de ser el país más pobre de Suramérica, tras duplicar su Producto Interno Bruto (PIB) en cuatro años --pasó de unos 9.000 millones de dólares en 2005 a 19.000 en 2009--, no han desaparecido sus problemas económicos y sociales estructurales.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) identifica que "la desigualdad en el acceso de oportunidades y la inequitativa distribución de los medios de producción, como consecuencia de la aplicación del modelo de desarrollo neoliberal", son las causas básicas de los elevados niveles de pobreza y desigualdad.
La cooperación al desarrollo aragonesa tiene en Bolivia a unos de sus receptores habituales. Varias oenegés trabajan en este país con financiación del Gobierno de Aragón.
Intered ha desarrollado una estrategia de formación de educadores. Por su parte, el MPDL gestiona desde el año 2003 el hogar infantil Los Cuatro Vientosy ha puesto en marcha un proyecto de construcción de pozos al norte de Santa Cruz.
Medicus Mundi Aragón es otra de las oenegés que trabaja en Bolivia. En estos momentos está implementando un proyecto de salud integral en los municipios de Machareti y Huacaya. Además, también pretende consolidar un modelo de salud intercultural, familiar y comunitario con enfoque de género en Apolobamba, favoreciendo la convivencia de la medicina occidental con la tradicional practicada por los kallawayas, reconocida por la Unesco como patrimonio de la humanidad.
Una aragonesa que tiene muy presentes las necesidades de Bolivia es Mercedes Torrejón, que acaba de regresar de visitar los proyectos que Cáritas tiene en marcha en el país. "Bolivia es un país de un millón de kilómetros cuadrados, el doble de España, con poco más de nueve millones de habitantes". El grueso de sus habitantes se concentra en las grandes ciudades como La Paz o Cochabamba, y luego hay otra población muy diseminada por toda el área rural. "Las comunicaciones, que son inexistentes o muy malas", dificultan, entre otras cosas, el acceso de los pobladores rurales, indígenas en su mayoría, a los servicios de salud, "prácticamente inexistentes", o de enseñanza, "que tienen un nivel muy bajo por lo general", afirma.
El de las comunicaciones es "un ejemplo de los déficits importantes que hay en Bolivia". A Mercedes le costó seis horas recorrer los 180 kilómetros que separan Cochabamba de la comunidad donde Cáritas mantiene, con la ayuda del Gobierno de Aragón, un internado para que los niños de comunidades rurales puedan estudiar, "porque algunos tienen que andar hasta tres horas de sus casas a la escuela".
En este internado, y en otros tres más, Cáritas ha instalado unos invernaderos que facilitan que estos niños completen su formación con capacitación agraria. Además, los invernadesros en la zona del Altiplano, a 3.800 metros de altitud, garantizan la seguridad alimentaria de estos menores, que de otra manera solo comerían arroz y patatas. "Una de las cosas buenas de este proyecto es que sus padres reproducen luego estos invernaderos en casa".
Estos internados están hermanados con varios institutos de Zaragoza. Los chavales bolivianos mantienen correspondencia con los estudiantes zaragozanos, quienes organizan "mercadillos y festivales" para captar fondos y ayudarles a salir adelante. Una de estas campañas ha sido la Operación gallinero, gracias a la que estos internados han podido adquirir unas gallinas.
Otra de las áreas en las que trabaja Cáritas es en la capacitación de las mujeres. "En una zona donde se produce un café fantástico, las mujeres lo llevan a un local de Cáritas donde se les ha formado para procesarlo y lo envasan al vacío, con una máquina que les hemos proporcionado". Luego lo venden en la capital, y esto les da autonomía en un país en el que el machismo sigue pesando como una losa.
"Ahora me han presentado la continuación del proyecto pero ya se han pasado las convocatorias de subvenciones". Y lanza un llamamiento "Con 20.000 euros podríamos sacarlo adelante. El dinero que llega allí lo multiplican. Son muy emprendedoras". Cualquiera puede colaborar también con estas comunidades de microempresarias, comprando la artesanía que producen en la tienda La Artesa que Cáritas tiene en Zaragoza.