Durante estos días, los barrios más significativos del Casco Histórico de la ciudad muestran a los visitantes sus recónditos tesoros, en un momento en que la profusión floral los convierte en auténticos jardines domésticos.
Como esta fiesta es algo vivo en la ciudad, el concurso se articula en dos categorías, para que junto al patio tradicional también pueda competir aquél que pertenece a una construcción moderna. Al recorrerlos se comprueba que lo que ha sido una forma de vida tradicional sigue viva en las generaciones actuales, cuyas viviendas modernas se adaptan a este elemento arquitectónico que es característico de Córdoba.