Este 28 de agosto de 1963 ha quedado para la historia de Estados Unidos y del mundo en general, porque aquella muchedumbre de personas que se sumaron a Martin Luther King escucharon sus palabras llenas de fuerza pidiendo un cambio radical, a pesar de haber pasado mucho tiempo desde que Abraham Lincoln, decimosexto presidente de Estados Unidos (1809-1865 muere asesinado) declarara:
“Hace ochenta y siete años nuestros padres fundaron en este continente una nueva nación, concebida en libertad y consagrada al principio de que todos los hombres son creados iguales…
…Ahora estamos empeñados en una gran guerra civil, poniendo a prueba si esta nación, o cualquier nación así concebida y así dedicada, puede durar mucho tiempo. Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a dedicar una parte de ese campo, como un lugar de descanso para aquellos que aquí dieron sus vidas para que esta nación pudiera vivir. Es perfectamente justo y propio que debemos hacer esto”.
Hoy, en la segunda década del siglo XXI, muchos ciudadanos de este planeta también tienen un sueño.
El mío es el siguiente:
Que los derechos fundamentales del ser humano sean respetados (sanidad, educación, seguridad, alimentación, vivienda, trabajo y libertad de expresión) sin discriminación de raza, sexo, color u origen.
- Que la solidaridad con los más desfavorecidos sea real e inmediata.
- Que los focos de tensión y guerras localizadas no se permitan por los organismos internacionales que, en definitiva, deben ser garantes de la paz.
- Que la venta de armas no se convierta en el medio para fomentar los conflictos
- Que se proteja a los niños y personas mayores que representan a los más débiles.
- Que los organismos internacionales intervengan en aquellos países donde no se respetan los derechos de la mujer
- Que no se permita el continuo flujo de desplazados que tienen que abandonar sus hogares y países.
- Que los jóvenes dispongan de oportunidades para iniciar su vida laboral y no se conviertan en una generación pérdida.
- Que exista una verdadera regeneración de la política, de los partidos, sindicatos y otras organizaciones y que la transparencia sea completa en todas sus actividades.
- Que se pueda elegir a las personas y no a los partidos pues convierten a los diputados en marionetas de los que mandan y los ciudadanos no tienen referencias para trasladar sus inquietudes, solo les queda esperar a nuevas elecciones para cambiar a los que no cumplen sus programas, manipulan y engañan a los ciudadanos.
- Que la corrupción de los gobernantes a cualquier nivel sea sancionada apartándoles de la política de forma definitiva.
- Que los políticos “no repitan y repitan” envejeciendo en sus escaños. Después de un máximo de tres legislaturas deberían volver a un trabajo como cualquier ciudadano.
- Que los políticos olviden la retórica de sus mensajes y demuestren con su ejemplo que lo que dicen son algo más que palabras.
- Que los nacionalismos no sigan desgastando la nación común porque ese no es el camino.
- Que la hospitalidad siga siendo “santo y seña” de nuestro país.
- Que los que viven de las estructuras de la Unión Europea no olviden que para los ciudadanos de los países que les mantienen son unos desconocidos.
- Que dejen de amenazarnos continuamente con la rebaja de salarios, pensiones, productividad, etc., y se lo apliquen ellos.
- Que la regeneración del gobierno y de la oposición se materialice con la baja de todos los que llevan más de quince años en las poltronas, que repiten y repiten como las “pilas Duracell”.
- Que se supriman de una vez todas las instituciones y empresas públicas que no sirven para nada, solo para mantener a los del partido correspondiente y cuyo coste sirve solo para reducir servicios necesarios para los ciudadanos.
- Que las televisiones den de baja a los “tertulianos” que saben de todo y están en dos programas a la misma hora, contando las mismas sandeces y vociferando en defensa del partido que les paga.
- Que enseñemos a las nuevas generaciones a pensar porque de lo contrario seguiremos con la estrategia de “pan, fútbol, toros, romerías y programas de tv que estrechan los cerebros”.
- Que los ciudadanos no olviden que lo único que les puede salvar es la Educación y Formación en un mundo donde los Valores principales están en retroceso.
- Que nuestros investigadores dispongan de los medios necesarios para que continúen sus trabajos a favor de la sociedad.
- Que la paz en el mundo no sea una palabra vacía cuando existen miles de personas que mueren todos los días por conflictos generados por intereses económicos, religiosos o de otra naturaleza.
- Que la SOSTENIBILIDAD sea una referencia para la sociedad del planeta. Que los miles de documentos, reuniones nacionales e internacionales sean algo más que palabras.
- Que los Objetivos del Milenio 2015 se cumplan en su totalidad