El Monarca se empeña en acortar el periodo de convalecencia

El jefe del Estado fue operado por última vez el pasado 3 de marzo -su cuarto paso por "el taller", según sus propias palabras, en menos de un año- de una doble hernia discal. El cirujano que dirigió la intervención, Manuel de la Torre, aseguró entonces que el monarca necesitaría de dos a seis meses para recuperarse y volver a su actividad habitual. Pero el Rey, para disgusto de su equipo médico, se ha empeñado en acortar lo máximo posible el periodo de convalecencia.

Don Juan Carlos recibirá hoy al primer ministro eslovaco, Robert Fico, y se da por seguro que presidirá la parada militar del Día de las Fuerzas Armadas, el primer fin de semana de junio. Los médicos que le atienden desaconsejan, sin embargo, su presencia en la final de la Copa del Rey que Real Madrid y Atlético disputarán el próximo 17 de mayo, pero las fuentes consultadas aseguran que el monarca está decidido a acudir ese día al estadio Santiago Bernabéu.

Tras las ácidas burlas al Rey en la final del pasado año disputada por Barça y Athletic de Bilbao -que el príncipe Felipe de Borbón soportó estoicamente en representación de su padre, convaleciente de su operación de cadera por la caída sufrida en Botsuana-, don Juan Carlos ansía darse un baño de multitudes que alivie, aunque sea levemente, las profundas heridas de la Corona. Y confía en que las aficiones madridista y colchonera sean más benévolas con su figura.

Esa final, sin embargo, no está exenta de riesgos. El Santiago Bernabéu, sin la presencia del amplio sector de aficionados independentistas catalanes y vascos que en 2012 abarrotó las gradas del Vicente Calderón, es, a priori, un escenario mucho más amable para el monarca. Pero, precisamente por eso, si el Rey no supera ese test y recibe la reprobación de una parte significativa de la grada, la institución monárquica sufrirá un nuevo y, tal vez, más doloroso varapalo.

Fisioterapia y encuentros privados

La recuperación física del jefe del Estado está lejos de haber culminado, y sus sesiones de fisioterapia en el palacio de La Zarzuela, de al menos cuatro horas diarias -mañana y tarde-, se prolongarán hasta bien entrado el verano, según las fuentes consultadas. Pero el Rey quiere poner fin cuanto antes al debate, nada soterrado en la opinión pública, sobre su abdicación en favor del heredero, que los dos partidos mayoritarios, especialmente el PP, tratan de silenciar.

Además de su agenda pública, retomada ayer con su audiencia a Caballero Bonald, el monarca también ha reactivado sus encuentros privados en La Zarzuela, de los que la Casa del Rey nunca informa. Y en esas citas ha insistido a sus interlocutores, añaden las mismas fuentes, que no tiene "la menor intención" de renunciar al trono mientras "las fuerzas" le acompañen. Ayer ya dio muestras de ese empeño, cuando le dijo al escritor galardonado: "Pronto volveré a dar guerra otra vez".

En su decisión de acortar la convalecencia también parece haber influido la inminente abdicación de la reina Beatriz de Holanda, que el próximo día 30 cederá la corona a su hijo, el príncipe Guillermo Alejandro. Don Juan Carlos es consciente de que la soberana de los Países Bajos, de su misma edad -75 años-, se retira en la cima de su popularidad y sin que la institución monárquica, a diferencia de lo que ocurre en España, esté cuestionada en amplias capas de la población.  

Fuente: ElConfidencial.com - José Luis Lobo - 23/04/2013