Los manifestantes que demandaban mejores condiciones laborales y mayores salarios, intentaban llegar a la sede presidencial, el Palacio de la Moneda, para entregar un documento con sus demandas cuando fueron dispersados con carros lanza agua y bombas lacrimógenas.
La Carabineros impidieron el desarrollo de la movilización, sin embargo permitieron actuar a grupos minoritarios que provocaban desórdenes.
Los dirigentes de la CUT denunciaron que la protesta de este día fue intencionalmente abortada; el presidente del Colegio de Profesores y dirigente de la CUT, Jaime Gajardo, quien fue agredido con un fuerte golpe en la cabeza, impugnó la criminalización de las movilizaciones sociales.
El presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) de Chile, Cristian Cuevas, calificó el jueves de excluyentes las leyes laborales impulsadas por la coalición gobernante de derecha; también criticó la postura de los congresistas que aprobaron legislar el proyecto salarial del Ejecutivo.
Al reiterar que en Chile se optó por la desigualdad como modelo, Cuevas sostuvo que los movimientos sociales deben avanzar hacia la construcción de una propuesta de país totalmente diferente a la heredada de la dictadura, consistente en un modelo de desarrollo cuyo único parámetro es el lucro empresarial y que está respaldado por una institucionalidad y por leyes laborales que aíslan a las mayorías y niegan el derecho de los trabajadores a organizarse y negociar colectivamente.
"El Parlamento tiene que actuar de cara al país y no puede seguir haciendo política ficción, dejando pasar un salario que no cubre las necesidades básicas de la población (...) Con la excusa de la crisis [global] se quiere hacer pasar calladita la agenda laboral de la derecha, incluyendo la flexibilidad laboral y un reajuste indigno que aspiran quede pactado por varios años, para no molestarse ni siquiera en sentarse a conversar con los trabajadores", sostuvo el líder sindical.
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