Federación de Mujeres: «El Obispado cierra los ojos ante estas 'terapias sexuales'»

Carmen Mengual, presidenta de la Federación de Mujeres de la Región de Murcia, desveló ayer que dos de las tres mujeres que hasta el momento han denunciado haber sufrido abusos sexuales por parte de Jesús Madrid acudieron, antes de adoptar cualquier otra decisión, a entrevistarse con el vicario de la Diócesis de Cartagena.

«Le contaron lo que estaba ocurriendo con este padre capuchino en el Teléfono de la Esperanza. El vicario les respondió que esa misma mañana se informaría del asunto, que hablaría con el obispo y que las llamaría para decirles qué medida iban a adoptar. Nunca más volvieron a interesarse por el asunto», relata Mengual, que asegura que fue entonces cuando las dos mujeres, sintiéndose desamparadas, se acercaron hasta la Federación para pedir ayuda.

«Llegaron destrozadas psicológicamente, en un estado de auténtica crisis. Apenas podían hablar y a cada frase estallaban en llanto. Quedé tan impresionada que aquella noche no pude conciliar el sueño», sostiene.

La propia Carmen Mengual asegura haber hablado en dos ocasiones con el secretario personal del obispo Lorca Planes, en un intento de mantener una entrevista para buscar soluciones al problema. «Nos han estado dando largas y no nos han recibido», se lamenta.

Este periódico se puso ayer en contacto con el secretario personal del obispo, que aseguró que «por ser día festivo, es mal momento para localizar a nadie», de forma que eludió hacer declaraciones sobre los polémicos tratamientos de Jesús Madrid y sobre la postura del Obispado.

Aunque Mengual se mostró ayer cauta en sus declaraciones, «porque el asunto está bajo investigación judicial y tendrán que ser los jueces quienes determinen qué ha ocurrido y si se ha cometido algún delito», explicó sin embargo que esas dos mujeres llevaban largo tiempo sufriendo las particulares 'terapias sexuales' del presidente nacional del Teléfono de la Esperanza.

Tanto es así que una de ellas reconoció que la aparente relación de dependencia y sumisión hacia Madrid se había prolongado durante veintidós años. De tal manera que en 1993, cuando 'La Verdad' alertó por vez primera del tipo de prácticas que supuestamente se daban en el despacho del director del Teléfono de la Esperanza en Murcia, esa mujer era ya entonces una de sus posibles víctimas.

Relatos casi idénticos

Mengual señala que el relato de las tres pacientes que hasta ahora han corroborado la denuncia es prácticamente idéntico. Casi calcado del que otras mujeres hicieron hace diecinueve años, cuando surgieron las primeras sospechas sobre el tipo de 'tratamientos' que algunas de ellas estaban recibiendo. Básicamente, señalan, Jesús Madrid se habría aprovechado del conocimiento que tenía de sus problemas personas -emocionales, psicológicos, afectivos...- para ganarse su confianza.

Las entrevistas se desarrollaban en su despacho, a solas y con la puerta cerrada, y casi siempre en un sofá que compartían el psicólogo y capuchino y la paciente. Mediante frases como «yo te quiero, yo te acepto, mis caricias son limpias...», el hoy máximo responsable nacional e internacional del Teléfono de la Esperanza habría logrado que las mujeres -afectadas por problemas de baja autoestima, de no aceptación de su sexualidad o de su propio cuerpo...- se abrieran a él hasta llegar a desnudarse en su presencia y permitirle diversos tocamientos.

Otro denominador común era el hecho de que estas mujeres se sentían, de alguna forma, unas «elegidas», pues pensaban de sí mismas que eran las únicas a las que Madrid dedicaba tales 'atenciones'. Según explica Carmen Mengual, una de las pacientes, a la que Madrid había dado llaves para entrar en su despacho por la parte posterior, desde las cocheras, entró un día en el área privada del director y lo halló supuestamente haciéndole lo mismo a otra chica.

«No creas que eres la única; eso mismo me lo hace también a mí», le habría advertido a la mujer, antes de marcharse a la carrera. En ese momento se habría decidido a contar lo que le estaba pasando.