Una visión expresionista
La pintura de José Luis Fajardo, resuelta en su mayoría en óleo y acrílicos, registra una figuración expresionista en la que los personajes goyescos viven situaciones inquietantes o trágicas en medio del espacio pictórico. El contraste de luces y sombras favorece la creación de atmósferas oníricas o de fantasmagoría.
Los títulos son con frecuencia literarios y largos como el de “Para volar con Enrique Morente una tarde de invierno” (210 x 200 cm.) o “Para volar con Goya”, pinturas en la que el autor parece aludir a los “Volaverunt” del pintor aragonés.
Otro título: “Personaje del poder o cómo entender a Francisco de Goya: la realidad o el doctor Sayan observando los ojos de Goya” o “Cree poder aniquilador esta tarde; una pequeña crónica del horror”. “El tiempo pasa, el espacio permanece”; “Otro Goya para pensar en España”… Fajardo nos ofrece un mundo de reflexiones y miradas, especialmente en la sección de retratos goyescos, con algunos guiños a la iconografía del pintor aragonés, donde los ilustrados melancólicos, por un lado, y el populacho iletrado y supersticioso, por otro, definen una particular España.
Algunas leyendas escritas, no siempre legibles, acompañan los cuadros, emulando las estampas de los Caprichos o Desastres de Goya. Estas escrituras añaden un interrogante y misterio a la composición de los cuadros donde la figura se quiebra con geometrías y líneas que igualmente enriquecen la pintura.
Fuera del homenaje a Goya, destaca su “Tríptico de la soledad”, de gran poder de sugerencia.
Merece la pena destacar los collages y los grabados de Fajardo, donde el rasgado de papeles y maderas logran bellos efectos plásticos y cromáticos. No hay que olvidar que en el espacio Fa, se encuentra el taller de ediciones de Faeditores, en el que han estampado numerosos artistas contemporáneos.
La obra artística de José Luis Fajardo ha pasado por distintas etapas que van desde las pinturas blancas de los 80 a los aluminios.