Lola Gavarrón, periodista de la moda, ha tenido el buen criterio de escribir la biografía de María Rosa Salvador (1925 – 2010), máxime porque la conoció en buena parte de su andadura profesional. Un prólogo de Isabel Preisler, una de sus clientas habituales, y un epílogo de Enrique Loëwe, uno de los premiados con la Aguja de Oro, completa el volumen publicado por La Esfera de los Libros en pasta dura.
“Dafnis, su templo y taller de alta moda nacidos en un Madrid que acaba de salir de la escasez de la posguerra, se situó pronto como un lugar con valor nacional e internacional. Cuando nadie lo esperaba”, recuerda la autora de la biografía de Salvador en el preámbulo. Fue la número uno en la moda y “un imán para que vinieran a España los mejores de la moda en cada momento”.
Dafnis era la tienda multi-marca de los grandes diseñadores, un lugar donde se podía elegir, además de encargar. Una tienda que habría de durar hasta que llegó la globalización de la moda y la presencia individualizada de cada uno de los grandes diseñadores.
Isabel Preisler, que conoció a María Rosa Salvador a partir de los 70 cuenta en el prólogo como fue a encargar su vestido de boda con Miguel Boyer y que pensaban hacerlo en secreto. Hizo también el vestido de boda de Chábeli. “Tenía un taller importante de unas 30 oficialas”, donde su hija Tamara solía entrar y hacía acopio de retales para vestir a sus muñecas. María Rosa ha sido una “gran directora de orquesta”, al decir de Preisler.
De la Duquesa de Alba a Isabel Preisler
María Rosa se retiró en 2006 con 81 años, siempre disponible para sus clientas entre las que figuran Marisa de Borbón, Elena Kirby, Mayte Spínola, Carmen Martínez Bordiú; Nati Abascal, Carmen Lomana, Gloria Ocharán; Anna Gamazo; Judith Mascó; duquesa de Alba (le hizo el vestido de boda con Jesús Aguirre); Isabel da Silva; duquesa de Montoro... Muchos de sus vestidos se guardan como piezas de colección de trajes.
El libro “La Gran Dama de la Moda”, con gran profusión de fotos, recoge al final numerosos testimonios de periodistas, críticos de moda o expertos de comunicación, que completan el mosaico de esta mujer que vivió tantos años y dejó una impronta decisiva en el mundo de la moda, con un premio de prestigio que se respeto y que el ministerio de Cultura ha sabido recoger y reconvertir en premio Nacional.
Enrique Loëwe, empresario de moda dice de María Rosa: “La Aguja de Oro fundada por ella, estaba impregnada de prestigio y excelencia. Durante veinticinco años fue el faro proscriptor. El premio por excelencia a lo más excelente que tiene la moda: creatividad, talento, visión, poesía...”
El libro de Gavarrón se terminó poco antes de morir la “gran Dama de la Moda”. Fue un acierto escribir su biografía porque toda historia española de la moda pasa por Maria Rosa Salvador. Una mujer discreta y trabajadora que sabía llevar su taller de costura con exigencia y suavidad al mismo tiempo.