En caso de no conocer a detalle cuáles son las necesidades de nuestro cuerpo, y si combatimos el hambre con lo primero que se nos ponga en frente, es posible desarrollar una gran gama de enfermedades, tales como la diabetes, la osteoporosis o desnutrición.
Dicho esto, algunos consejos para llevar una dieta equilibrada y saludable, de manera de no poner en riesgo tu salud, son los siguientes:
1. Realizar una lista de víveres
Para no dejarse llevar por la tentación, lo mejor es tener desde un principio realizada una lista de víveres, mismos que no deben poseer demasiados azúcares ni carbohidratos. En esta lista siempre deben encontrarse al menos 7 tipos de frutas.
En caso de que desees otorgarles un mejor sabor a tus platillos, puedes añadir entre tus compras Sal del Himalaya, que puedes encontrar en Coor. Este tipo de sal ayudará a reducir tu consumo de sal. Esto se debe a que es realmente fuerte, por lo que lo mejor es usarla en pequeñas cantidades para disfrutar adecuadamente su sabor.
También se debe añadir a la lista: legumbres, mariscos, pescados y ternera. Esto es debido a que su consumo es altamente beneficioso para la salud. De igual medida: las nueces, la leche desnatada y el chocolate oscuro sin endulzantes.
2. Tener en cuenta la cantidad de comidas
Una de las bases más importantes a la hora de realizar una dieta equilibrada, es tener en cuenta la cantidad de comidas que solemos hacernos al día. Lo ideal es hacer 5 comidas, las tres principales y dos pequeñas meriendas, de esta manera, no se tendrá hambre a deshoras y se evitará el consumo de grasas extras para satisfacer la sensación de hambre que puede azotarnos.
Así, además, se evitan problemas digestivos y se cuenta con mayor energía para realizar las tareas diarias.
Tampoco se debe exagerar en las cenas, es importante que no sea del mismo nivel que el desayuno, para esto, la mejor guía es un viejo dicho: “desayuna como rey, almuerza como príncipe y cena como mendigo”.
En la hora de la merienda siempre incluye alguna fruta que te guste, y recuerda que parte de sus vitaminas se encuentran en la piel, por lo que es mejor no pelarlas, sino solo limpiarlas. Asimismo, es mejor evitar en lo posible los alimentos procesados y enlatados, como el jamón en lata, ya que esto puede ser, a largo plazo, dañino para tu cuerpo. Al igual que el uso del microondas.
3. Mantenerse hidratado
Tal vez sea repetitivo, pero, el agua es tan importante para el organismo como la comida, de hecho, a lo mejor un poco más. Y es que el humano puede sobrevivir una semana sin alimento, pero nunca más de tres días sin agua.
Lo común es consumir al menos unos 8 vasos de agua al día, si se encuentran a temperatura ambiente mejor. Esto puede variar según cada persona.
Lo mejor es no reemplazar el agua por cualquier otra bebida, en su mayoría poseen demasiados azúcares y calorías que no le hacen bien al organismo, menos si se está realizando una dieta balanceada.
4. Adquirir y consumir alimentos frescos
A la hora de realizar las compras, es mejor tener definidos cuáles son los alimentos procesados, los precocinados y todo aquel que pueda ser dañino, y evitarlos. Lo mejor es comprar los alimentos más frescos posibles, de esta manera se podrá disfrutar de todos los beneficios calóricos y vitamínicos que este posea.
Cuando se trata de alimentos precocinados, en su mayoría, contienen demasiadas grasas malas y azúcares que no aportan nada a nuestro organismo, por ello, se recomienda no consumirlos. Esto no quiere decir que se deban retirar las grasas de la dieta, pero lo mejor es consumir de la buena, que suele encontrarse en el aguacate o palma, por ejemplo.
5. Practicar algunos ejercicios físicos
Una buena manera de procesar los alimentos consumidos, es mediante el ejercicio. De esta manera, todo se distribuirá de manera correcta y en el proceso se les dará mayor fuerza a los músculos. Se recomienda realizar ejercicios físicos por lo menos 30 minutos por día, o sea, unos 150 minutos por semana.
Con todos estos consejos para llevar una dieta equilibrada y saludable, es seguro que lograrás tu objetivo, que no solo puede ser para adelgazar, sino también para mantener una vida sana y consumir aquello que te haga sentir bien a largo plazo y que no te pase factura luego.
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