Versa sobre la expansión de las grandes corporaciones y empresas aseguradoras, en un momento en el que se amplía en gran medida el puerto de Nueva York y en el que emergen los primeros rascacielos. Estos potentes colosos, inherentes a la vida urbana neoyorquina, permanecerán imbricados al mercado, a las numerosas culturas que se iban gestando y al ritmo palpitante de la ciudad. Nueva York se vuelve cada vez más competitiva, asumiendo un papel preponderante en un escenario donde llega a superar a metrópolis industrializadas como Londres o Chicago.
Entre la tierra y el cielo contempla los rascacielos no solo como objetos arquitectónicos, sino como elementos generadores de oportunidades, de transformación urbana y organización del paisaje; como activadores de feedback y elementos fundamentales de la estructura urbana. La obra es asimismo una reflexión sobre el Paradigma New York que describe e indaga esta cultura urbana conformada por el espacio social, los derechos conquistados, los abusos y las contradicciones, los conflictos de intereses entre las empresas y las partes involucradas, los empresarios y los trabajadores, y donde la lucha por las alturas resulta crucial. Una cultura caótica, vital y mestiza, constituida asimismo por la intervención de personas individuales, además de los grandes movimientos, el capitalismo incipiente y el mercado inmobiliario. Un paradigma en el que las innovaciones, los acontecimientos sin fin, las contingencias, las determinaciones y el azar confluyen en la megalópolis que pronto se convertiría en una de las ciudades más grandes y atractivas del mundo.