Un cura pederasta irlandés fue encubierto por la jerarquía, según la justicia

En este texto, último episodio de un informe sobre las acciones de algunos sacerdotes irlandeses, revelado en 2009, Tony Walsh es descrito como "probablemente el pederasta más notorio" de que haya tenido conocimiento la juez irlandesa Yvonne Murphy, encargada de la investigación sobre los abusos contra niños en la diócesis de Dublín.

Este último documento critica la actitud del Vaticano, de la jerarquía católica y de la policía irlandesa frente a Walsh, apodado el "sacerdote cantor". Una parte de los hechos que le son reprochados ocurrieron en el marco de sus actividades en el coro al que pertenecen.

Walsh fue desplazado de parroquia en parroquia para "evitar el escándalo" y continuó abusando de niños, pese a que toda su jerarquía, desde el sacerdote hasta el arzobispo estuviera al tanto, indican los autores del informe. El ex sacerdote fue condenado este mes a 16 años de prisión por haber abusado de tres niños a fines de los años 1970 y a inicios de los años 1980.

La investigación mostró "que 40 personas presentaron demandas contra él por abuso sexual". Pero él reconoció que "practicó muchos otros abusos. (...) Admitió haber utilizado niños para lo denominado por él 'gratificaciones sexuales' una vez cada 15 días durante ocho años", añade el texto.

Su comportamiento es de tal índole que "probablemente abusó de centenares de niños", concluye el informe. El arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, calificó de "trágico y repugnante" esta "historia de un depredador pederasta que utilizó su sacerdocio para acercarse a niños y abusar de ellos".