La metamorfosis

Fue visto y no visto, me conoció, me admiró y ensalzó y así de repente, en un pis-pas, ha pasado a ignorarme, a despreciarme.

Sencillamente lo que ha ocurrido es que me he puesto a hablar, a actuar, a moverme, a decidir. Y eso le ha debido de parecer tan aberrante que me ha dado la espalda.

Es en esos momentos cuando más valoro a mi hija, a mi esposa y a una amiga llamada “La doctorcita”, considero a las tres fuera de serie, un regalo de Dios, pues o yo estoy destarifado o está de atar esa mujer a la que me refiero.

Bien es verdad que tiene mucho trabajo, no tanto imagino como Hillary Clinton o la señora Obama. Yo estaba dispuesto a reconocer también su gran valía, pero al cabo de una noche no si me transformé en Frankenstein, el Hombre Lobo o Drácula en persona aunque si me fijo en el espejo de la alcoba cada vez me parezco más al abuelo que fui hace tan solo unas semanas. No sé si es el efecto sicodélico, embriagador o nocivo de una pieza teatral recién estrenada, de la que empiezo a sospechar tiene una carga erótica tremenda o más bien una mezcla profunda de cuanto hay de amor a la vida y simultáneamente a la muerte en todos nosotros.

Pero siempre que llega una mujer nueva al horizonte de mi vida con fama de talentosa o eficaz me echo a temblar y sobre todo si me ha leído un poco, pues sé que cuando una mujer me lee ya está inmunizada, vacunada con mis anticuerpos o más bien exorcizada como para poder venir conmigo un día al cine sin tener que morir en el intento.

Parece ser que mi vida se compone de actos geniales y de otros absurdos, cuando no irracionales y hasta peligrosos. Sobre todo cuando adquiero esa velocidad rápida, más rápida que la de crucero, quizá como el “Concorde” que volaba a una enorme altura y velocidad, una velocidad cercana al pensamiento “ideofugitivo”, capaz de crear universos, argumentos en tiempos records pero también de destruirlos a la misma velocidad o por lo menos de dejarlos inacabados y saltar a otro tema.

Esto es quizá lo que descompone a féminas muy racionales y ordenadas u organizadas, incapaces de seguir ese big bang y que les van muy bien los hombres más vulgares quizá hasta artistas o intelectuales pero más equilibrados. En su justa medida. En su justa medida.

No sé dónde leí, refiriéndose al profesorado de la universidad y últimos años de la enseñanza media, que para instruir a una mujer es preciso y más eficaz antes seducirla. Esto es, seducir para instruir.

Creo incluso que fue Ortega aunque no lo aseguraría. A lo mejor era el Marqués de Sade o George Clooney.

Hombres o mujeres que aparecen como balas, te elogian, te aplauden, te admiran y a los pocos días, semanas o meses, les decepcionas o te llegan a aborrecer incluso, al conocerte un poco más.

Por eso para que el matrimonio os dure mucho nada mejor que llevarse un poco bien y de pasiones nada, o como dice mi esposa cuanto menos se vean a lo largo del día mejor. Y si no te ves nada con tu congénere habrás llegado a la cuasi perfección, y si no hay cama incluso habréis ganado la eternidad, pues seréis como los ángeles del cielo si antes no os habéis matado a bofetadas como ocurre en cierto pasaje de esa última obra mía “Evelinne y John”, donde en menos tiempo no pueden suceder más cosas o por así decirlo donde la vida parece reflejada en su conjunto, pues no hay nada mejor que un escritor de setenta u ochenta años siempre que sea capaz, claro, de darle al boli o pulsar acertadamente las teclas del ordenador.

(*) Germán Ubillos Orsolich

Nació en Madrid y es Premio Nacional de Teatro. Premio Guipúzcoa de Teatro, Premio Provincia de Valladolid de Teatro, Premio Julio Camba de Periodismo, Premio “Correo Español – Pueblo Vasco” de Periodismo, Premio Ciudad de Zamora de Periodismo, Finalista Premio Nadal de Novela, Guionista de Televisión Española Espacios Dramáticos. Es autor de varias novelas entre ellas: “Largo Retorno” (Con filme de Pedro Lazaga y música de Antón García Abril) “Proyecto Amenazante”, “Cambio Climático”. “Cambio Climático – Los Supervivientes”, “Cambio Climático – El Retorno” (Trilogía),(Ed. Entrelíneas Editores), El viajero de sí mismo”, “Malín”, “La Peste Negra – Vida más allá de las estrellas”, “La calle de los Amores” (biografía), “El hielo de la Luna”, “Los desiertos de Marte”, “La calle de los amores “(Memorias).- Ed. Belgeuse, “ Más allá del Purgatorio (Novela), Ed Belgeuse , “La Infancia Mágica “ (Biografía).- Ed. Belgeuse Es autor teatral y algunas de sus obras son: “La Tienda” (Ed. Escélicer)- Premio Nacional de Teatro, “El llanto de Ulises” (Ed. Escélicer)- Premio Guipúzcoa, “El Cometa Azul”, “Gente de Quirófano” (Ed. La Avispa) Premio Provincia de Valladolid, “Los globos de Abril” (Ed. Escélicer)