Spa, Bruselas (Ciudad Balnearia)

Se encuentra en la región de Lieja, y cuenta con unos 12.000 habitantes. Es la ciudad termal más importante de Bélgica y se hizo famosa cuando el médico del rey Enrique VIII de Inglaterra, un eminente veneciano de nombre Agustín, la recomendaba a toda la realeza europea.

El centro neurálgico de SPA, donde se encuentran los famosos baños, nos recuerda a otra ciudad balnearia, Karlovy Vary, en la República Checa, ya que toda ella está rodeada de montañas de frondosos bosques sobre los que emergen bellísimos edificios del siglo XIV y otros más modernos. La riqueza termal de sus aguas contribuye a mejorar afecciones reumáticas así como cardiacas. Sus aguas son famosas y conocidas en el mundo entero, sobre todo por los numerosos europeos que acuden en cualquier época del año.

En esta época invernal, la ciudad de SPA está cubierta de nieve y las temperaturas bajas obligan a llevar una indumentaria confortable para disfrutar, sin temor a reprisados, lo que ofrecen sus calles, repletas de mercadillos navideños donde se venden, desde artesanía, dulces y platos típicos, hasta ropas de todo tipo y accesorios. Se suele degustar un vino caliente mientras grupos, tanto de jóvenes como de mayores, cantan villancicos o canciones tradicionales. Las cafeterías y sus terrazas, están repletas de gentes tomando cerveza y protegidas del frío junto a estufas destinadas al efecto y envueltas en mantas. Un ambiente más que agradable que invita a salir del hotel y dejarse llevar por el ambiente.

En uno de estos recorridos se puede encontrar un local donde, en la puerta hay una figura de un violinista junto a un rótulo que dice: “Ici vécut Georges Krins, Premier violon à bord du RMS Titanic.” Y es imposible no pensar en aquella tragedia, ya legendaria, donde murieron más de mil multimillonarios europeos.

También nos encontramos con numerosos museos y exposiciones en las que se pueden ver pinturas de Antoine Fontaine quién en 1894 retrato casi un centenar de personajes importantes de la época como Víctor Hugo, Pedro el Grande de Rusia, Montagne o Whelington. Precisamente, el manantial más famoso se llama “Fuente de Pedro el Grande” donde hay un acogedor cenador octogonal de 1880. Estos lugares eran favoritos por reyes y aristócratas, así como de importantes magnates y empresarios donde vivían jornadas de lujo y confort mientras hacían sus negocios y que nos recuerdan a Biarritz, San Sebastián, el citado Karlovy Vary o Sinaia en Rumania, lugares todos ellos de ensueño.

El edificio de las famosas Termas de Spa llama la atención, sobre todo, por su típica fachada de estilo Napoleón III, hoy convertido en un complejo modernísimo situado sobre una colina a la que se accede en funicular. Cuenta con, nada menos, que 800 metros cuadrados de piscinas exteriores con amplias terrazas, restaurantes y cafeterías. Desde lo alto se divisa una espléndida vista de la ciudad, en esta época, vestida de blanco.

Pasear por SPA es recrearse, también, en una arquitectura sobria y elegante donde aparecen edificios como el Casino de principios del siglo XX con sus salas de juego de estilo Luis XVI y el hermoso salón de baile a imagen y semejanza del teatro de la reina en la corte de Versalles. Otro lugar que no debe perderse es la Galerie Léopold II, con sus 160 columnas de hierro forjado que unen dos pabellones donde, cada domingo, se celebra un interesante mercadillo. También el Ayuntamiento construido en 1763 se visita con frecuencia y tiene la particularidad que fue residencia de ilustres huéspedes

MUSEOS

Tampoco hay que perderse el Museo de esta Ciudad Termal que fue residencia de María Enriqueta y donde murió en 1902. Está destinado al arte local y se pueden ver las típicas jolités, unas cajitas de madera lacada, muy utilizadas por las damas de la corte de María Enriqueta. En la planta baja de las caballerizas se puede acceder al Museo del Caballo con pinturas, acuarelas y fotografías de época. También se exponen calesas, sillas e incluso el taller de un herrador. Otro interesante museo, El Museo de la Vida Valona, dedicado al arte popular y al folclore de la región y también con un teatro de marionetas muy interesante, como lo es también el Museo del Vidrio donde el espectador se deslumbra ante tanta filigrana transparente o colorista.

Sin duda, esta región de Lieja cuenta con importantes atractivos como ya se ha citado, el circuito de Formula 1 de Francorchamps, el Royal Golf Club de Fagnes, reconocido en toda Europa, el Festival Francofoliels que se celebra cada año y otros muchos para disfrutar en cualquier época.

Pero hay mucho más que puede consultarse en la página:

Web: www.belgique-tourisme.be

(*) Concha Pelayo. Escritora. Miembro de AECA