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Opinión: “Mi Pequeño Manhattan…”

En los ensayos de “Evelinne y John”

Por Germán Ubillos Orsolich (*)

lunes 14 de diciembre de 2015, 01:52h
En los ensayos de “Evelinne y John”

13DIC-15.- Vengo de los ensayos de “Evelinne y John”, mi última obra, mi última comedia, con ella me he resarcido de mi mismo. “Pensada durante veinte años y escrita en trece días”, como debería anunciarse si tuviera un eslogan.

Es un grupo de actores jóvenes y magníficos dirigidos magistralmente por un gran hombre de teatro que es Ángel Borge. Hoy ha sido en la sede de “La Farándula”, la compañía amateur más antigua de España y la más prestigiosa, compañía que ha abordado en muchas ocasiones las salas comerciales con destacado éxito. En su escenario en cámara casi negra los actores, mis actores, van dando cuerpo a esos personajes que apenas cinco meses atrás se me aparecían en los altos pinares tipo Balsaín, cerca de El Espinar, donde yo sentado sobre una roca o en un banco de piedra garrapateaba nerviosamente lo que ellos me iban dictando, sorprendido muchas veces de cuanto me decían pero obligado a trasladar al papel lo que sería el texto, sus palabras, sus emociones, sus arranques de cólera, sus risas y sus llantos.

Ahora veo a los actores que son como mi familia, casi como mis hijos y a ese amigo que me acompañaba, José Antonio de Mesa Basán y que durante años me repetía sin descanso y machaconamente que tenía que volver al teatro. Pues saben ustedes, el teatro es mi casa y todos los años que he estado escribiendo artículos, novelas y ensayos con mayor o menor fortuna estaba y me sentía como esos reyes en el exilio que deambulan por el mundo en sus yates o por sus mansiones con mirada triste y algo perdida.

Así casi dos décadas después vuelvo a empuñar el mando y el timón mientras escucho atentamente las frases que les repite el director y que ellos declaman mientras van comprendiendo su sentido, el sentido que quiere darles Borges, la fuerza o la templanza y los movimientos y giros sobre el espacio escénico.

Para llegar hasta aquí hay que tener suerte, primero escribir la obra que es modestamente y a mi modo de ver de las cosas más difíciles que hay en el mundo, si hay que hacerlo bien, y segundo lugar que un hombre o una mujer, un director te la coja con afán y con pasión, pues los que transitamos este mundillo sabemos que el teatro es pasión o no es nada. Y cuando después de un cierto tiempo volvemos a él nos percatamos de esta realidad tremenda y maravillosa que es como vivir en otro mundo – nadie lo puede conocer si no lo ha vivido antes -, un mundo muy intenso y diferente, lleno de emociones y de riesgos y todo a nuestro alrededor se apaga ante esa luz cegadora que son estos hombre y las mujeres que ponen cuerpo, su propio cuerpo y voz, su propia voz, a esas palabras dichas por a esas criaturas incorpóreas que hace nada transitaban a mi alrededor en los altos pinares del tipo Balsaín y que no me dejaban ni a sol ni a sombra durante esos trece días terribles en los que transportado como Aladino en una alfombra mágica que yo nunca busqué y que de vez en cuando, de tarde en tarde me prende y me arrebata y me hace volar por encima y más allá de la vida y de la muerte. Esas voces incorpóreas del mundo de las ideas habitan el vacío estelar, el universo mundo como almas en pena a la espera de que alguien sea capaz de escucharlas más allá del espacio profundo de donde provienen.

Antonio, Arantxa, Jennifer, Fermín, Higinio y Consuelo con todo su encanto, con todo su talento, van y vienen, se sientan, se levantan ante mí, discuten, se abrazan en ese salón imaginado de la casa del barrio de Salamanca o de La Moraleja. Para ellos van a ser los aplausos y para ellos la gloria de recibirlos, pero yo sé que hay unas sombras allá, en aquellos pinares del alto Guadarrama que desde hacía tiempo – yo solo he sido un mediador -, un tiempo indefinible esperaban estos momentos únicos que para ellos son y representan las trompetas de la resurrección.

(*) Germán Ubillos Orsolich

Nació en Madrid y es Premio Nacional de Teatro. Premio Guipúzcoa de Teatro, Premio Provincia de Valladolid de Teatro, Premio Julio Camba de Periodismo, Premio “Correo Español – Pueblo Vasco” de Periodismo, Premio Ciudad de Zamora de Periodismo, Finalista Premio Nadal de Novela, Guionista de Televisión Española Espacios Dramáticos. Es autor de varias novelas entre ellas: “Largo Retorno” (Con filme de Pedro Lazaga y música de Antón García Abril) “Proyecto Amenazante”, “Cambio Climático”. “Cambio Climático – Los Supervivientes”, “Cambio Climático – El Retorno” (Trilogía),(Ed. Entrelíneas Editores), El viajero de sí mismo”, “Malín”, “La Peste Negra – Vida más allá de las estrellas”, “La calle de los Amores” (biografía), “El hielo de la Luna”, “Los desiertos de Marte”, “La calle de los amores “(Memorias).- Ed. Belgeuse, “ Más allá del Purgatorio (Novela), Ed Belgeuse , “La Infancia Mágica “ (Biografía).- Ed. Belgeuse Es autor teatral y algunas de sus obras son: “La Tienda” (Ed. Escélicer)- Premio Nacional de Teatro, “El llanto de Ulises” (Ed. Escélicer)- Premio Guipúzcoa, “El Cometa Azul”, “Gente de Quirófano” (Ed. La Avispa) Premio Provincia de Valladolid, “Los globos de Abril” (Ed. Escélicer)

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