La Fiesta de Octubre en Munich, ¿Una fiesta para quién?

Entre los aproximadamente 7 millones de visitantes se espera a un millón y medio de personas de otros países. Fuera de los bávaros de cepa, en la fiesta abundan como por encanto los bávaros importados con rostros chinos, norteamericanos, japoneses y de otros países y que en esos días se pasean orondos con tal atuendo. La magia de la fiesta produce así cada año un milagroso aglutinamiento de razas, con más bávaros que de costumbre, que visten el típico traje de camisa a cuadros, pantalón de cuero, botas y el sombrero tirolés de fieltro y con plumas de adorno; las damas por su parte lucen el colorido traje a la bávara. La fiesta en sí no conoce estratos sociales, ya que los ríos de cerveza que corren por el lugar de los festejos aúnan a los pueblos con más efectividad que los mejores esfuerzos que hacen los funcionarios de Naciones Unidas para tal objeto. No es raro que un director de banco se balancee abrazado de un mecánico de coches o un miembro de la nobleza con la mucama de un hotel, al compás de las típicas bandas y orquestas de instrumentos de viento. Y a pesar de todo, tanto los artistas como los nobles y los ciudadanos mejor situados en la escala social, así como otros grupos, tienen sus tiendas preferidas donde se reúnen entre ellos.

En un país en que se aman las estadísticas, tampoco para estas festividades pueden faltar datos que pueden dar una impresión más aproximada de la magnitud de esta fiesta. Esta vez se espera a unos 7 millones de visitantes durante los 16 días que dura por lo general el jolgorio multicultural. El lugar donde tiene lugar el evento está en medio de la ciudad y abarca 31 hectáreas. Es la llamada Pradera de Teresa, la Theresienwiese, en honor a la princesa Theresia, cuya boda con el príncipe heredero de Baviera, Ludwig, tuvo lugar en Munich el 12.10.1810. Para celebrar el acontecimiento, cinco días después se celebró en un gran prado, que en aquel entonces todavía pertenecía a los alrededores de la ciudad, una carrera de caballos que con el tiempo se convertiría en esta fiesta popular, la gran Fiesta de Octubre.

Para acoger a los huéspedes hay 31 tiendas de madera y techadas de lona o hule, gigantescas en su mayoría, ya que 14 de ellas dan cabida a unas 100.000 personas sentadas; la más grande tiene una capacidad para albergar a unos 11.000 amantes de la cerveza y del balanceo tradicional que se hace sentado abrazando al vecino al ritmo marchoso o valsado de la música bávara. En torno a las tiendas hay 220 puestos que ofrecen diferentes diversiones, desde un circo de pulgas hasta una enorme montaña rusa con 5 loopings. Por lo general, durante esos días se consume un promedio de 6,5 millones de litros de cerveza, 80.000 litros de vino y 31 mil botellas de champaña. Se espera que las ventas este año superen la suma de mil millones de euros.

La Fiesta de Octubre es una verdadera institución, que entretanto en muchos países del mundo es imitada unas 3.000 veces, desde Alaska a Kuala Lumpur, como anunciaba recientemente y  no sin cierto orgullo una revista semanal alemana. Pero ninguna tiene la atmósfera ni las proporciones gigantescas de la fiesta original bávara. La enorme cantidad de personas que visitan este acontecimiento, ya férreamente anclado en el calendario de actividades de Baviera, muestra el ansia de distracción, alegría y esparcimiento de la gente, igual sea la raza y el país a que pertenezca. También era ésta la motivación de más de un millón de personas que querían participar de la última Loveparade, que tuvo lugar hace poco tiempo en Alemania, y que terminara tan trágicamente. Las víctimas humanas de tal fiesta hicieron que los organizadores decidieran no llevar más a cabo un evento semejante.

No obstante, en el curso del año hay numerosas otras fiestas, en las que también hay muchas, muchísimas, más bien millones de víctimas, aunque no humanas, también en Navidad y otras fiestas “cristianas”. A ellas se suma ahora la Fiesta de Octubre, de carácter más mundano, pero no menos dañina para el mundo animal. Nadie piensa en que el desde el punto de vista de los participantes justificado afán por disfrutar algunos días de alegría y distracción, esté basado en la muerte de millones de otro tipo de víctimas, en las que nadie piensa, y que posiblemente nunca serán un motivo para terminar con tradiciones tan arraigadas en el pueblo. Se trata de los animales. Algunos pocos datos sobre la Fiesta de Octubre pueden documentar mejor esta constatación.

Como informa la prensa, se supone que para satisfacer el paladar de los visitantes se matará a medio millón de pollos, se necesitarán 230.000 salchichas de cerdo, 52.000 pies de cerdo cocidos, 626 medios quintales de pescado y más de 100 bueyes, que son preparados completos a la parrilla en un asador y que son una oferta infaltable en esta fiesta popular. Sobre la cantidad de patos, terneros y otros animales no se tienen cifras fidedignas.

Por otra parte, en una declaración de la organización “Menschen für Tierrechte” (Seres humanos a favor de los derechos de los animales), se denunció el 15.09.2010 que durante la Fiesta de Octubre de este año, se iban a exponer animales vivos a la vista del público, declaración a la que se unieron otras entidades, entre ellas la de los Médicos contra experimentos con animales, de Munich. Para este efecto, en un proyecto denominado “Amazonas”, se expondrán en una especie de selva artificial a reptiles, pirañas y arañas vivas, los que según la propaganda publicada en la prensa “les harán saber lo que es el horror” a los visitantes, que pueden vivirlo todos los días desde las 11 de la mañana hasta entradas horas de la noche. Los declarantes ponen de manifiesto que los animales están encerrados en pequeños escaparates de cristal, entregados sin protección a soportar la luz de potentes reflectores y el enorme ruido que producen los miles de visitantes de la gran fiesta. Los organizadores de la exposición han aclarado por su parte que tienen el permiso de las autoridades pertinentes. No obstante, las organizaciones animalistas han hecho una llamada para que los visitantes boicoteen la exposición, y a esta protesta han agregado otra en contra de la “Tienda de animales”, que la Organización de agricultores de Baviera junto con el Zoológico Hellabrunn expondrá durante la fiesta, con animales útiles vivos.

Tratándose entonces de la alegría sana y del esparcimiento de los seres humanos, contra lo que no habría nada que objetar, el pueblo y las autoridades están de acuerdo en conceder permisos para estas fiestas y en sacrificar a seres vivos que no tienen voz para reclamar sus derechos que les otorgó el mismo Creador de los seres humanos. La matanza de animales durante la Fiesta de Octubre en Baviera es sólo un ejemplo de muchos, ya que en casi todos los países de la Tierra son pocas las personas que se imaginan una celebración sin tener que consumir filete, salchichas, chuletas de cerdo, pescado, pollos asados y muchos otros productos animales más.

Y esta costumbre tiene historia, aunque ya en el pasado hubo voces que una y otra vez trataron de apelar a la conciencia de los seres humanos, para que razonaran sobre sus costumbres carnívoras. Algunos de ellos son Pitágoras, Plutarco, Empédocles, Laotsé, George Berhard Shaw, Wilhelm Busch, Voltaire, Kant, Einstein, Edison, Nietzsche, Horacio, Schopenhauer, Diderot, Leonardo da Vinci, Tolstoi, Romain Rolland, George Sand, Charles Darwin, Ralf W. Emerson, Mahatma Gandhi, Sigmund Freud, Goethe, Alexander von Humbold, Albert Schweitzer, Richard Wagner, Franz Kafka, Bryan Adams, Paul McCartney, Montserrat Caballé y muchos más representantes de la cultura humana.

Ya pocos años antes de Cristo el filósofo y poeta romano Ovidio resumió la llamada de muchos a la razón y al amor humanos por la creación, diciendo: “La época que hemos denominado como la edad de oro estaba bendecida con los frutos de los árboles y las hierbas que ofrecía la tierra, y la boca del hombre no estaba manchada de sangre. En aquel tiempo los pájaros movían sus alas seguros en los aires y el conejo atravesaba sin temor los campos libres. Entonces el pez no era la víctima inocente del hombre. Cada lugar estaba libre de traición; no reinaba ninguna injusticia, todo estaba colmado de paz. En tiempos posteriores un fundador del mal comenzó a difamar y despreciar este alimento sencillo y puro y a engullir en su barriga voraz alimentos basados en cadáveres de animales. Con ello abrió al mismo tiempo el camino al mal”. Poco después de él, vendría a la Tierra el profeta más grande de todos los tiempos, naciendo simbólicamente entre animales, predicando durante toda su vida la paz y el amor a todo lo que creó su Padre, hasta que fuera asesinado cruelmente por las autoridades romanas acuciadas por la casta sacerdotal de aquel entonces, en una alianza cuyo ejemplo perdura hasta nuestros días. Muchos de los que en la actualidad dicen ser cristianos en todo el mundo se remiten a Jesús de Nazaret, pero no cumplen lo que predicó ni hacen caso de su advertencia de entonces: Lo que le hagáis a la más pequeña de las criaturas me lo estáis haciendo a mí”.

Sobre el sufrimiento animal, los orígenes y consecuencias del mismo y muchos otros temas tratados desde un punto de vista espiritual, se puede consultar la página web www.das-wort.com a la que se pueden solicitar en español libros gratuitos como “El asesinato de los animales es la muerte de los hombres”, y adquirir otros de interés general. Éste podría ser el comienzo de un cambio de actitud frente a las criaturas que no tienen voz, que nos alegran en casa o cuando viven libres, empezando a prescindir de su carne, para en el futuro poder mirarlos a los ojos sin que ellos tengan que huir cada vez que se les acerca un ser humano, tanto es el temor de ser maltratados o devorados por él. Para mentes hispanas, tal vez las palabras finales del gran Pío Baroja, en uno de sus cuentos, podrían ser una motivación para más de un lector: “(…) Y por delante del hombre desfilaron los animales llenos de inmenso agradecimiento: los caballos y los asnos, las vacas, los perros, los elefantes, los leones y las serpientes, y todos miraban al hombre con amor, porque había dejado de ser su verdugo para ser su verdadero amigo”.