Recientemente, la pintora ha expuesto en Málaga, Monterrey (México) y Bruselas. Actualmente prepara un cuadro de San Andrés para el castillo de Gmund (Austria), para la capilla del Archiduque Andrés Salvador, dentro de un proyecto del Grupo por Arte y Cultura, comisariado por Mayte Spínola.
En los años 80 Soledad Fernández Ramos (Madrid, 1949), residente en el madrileño municipio de Collado Villalba, comenzó a exponer de manera sistemática, después de su continuada formación de taller, sobre todo con José Gutiérrez Valle, de la escuela sevillana, en la capital de España. Después amplió estudios en París y Roma.
La figura y el desnudo femenino han sido siempre el reto para los artistas y Soledad Fernández lo abordó sin miedo, Un desnudo, sobre todo femenino, que e presenta directo y frío, en una suerte de anatomía de perfección. A la pintora le interesa más la anatomía del cuerpo que el propio rostro, con frecuencia medio escondido entre textiles o papeles.
En 2004 Correos de España editó cuatro sellos con pinturas de Soledad Fernández, que acogían al mantón de Manila como protagonista. Cuatro imágenes en las que la prenda española aparece con una caracola de mar, una flores, o unas manos. Precisamente las manos son motivo de elogio en la pintura de la autora, por lo bien que las dibuja y representa.
La perfección del dibujo –es una maestra- y el dominio de la carnalidad, acercan esta pintores al mismo Ingres. La pintora se confiesa gran admiradora del pintor sevillano Diego Velázquez.
Soledad Fernández ha cultivado también el paisaje y la naturaleza muerta. En los bodegones que presentó en la exposición que hizo en la Casa de Galicia en 2013, llamaron la atención sus bodegones de cristales.
Su obra se encuentra en diversos museos, entre ellos en el Museo del Realismo de Barcelona.