Condenan en Chile a tres militares uruguayos

El juez Alejandro Madrid condenó a los coroneles uruguayos Tomás Casella a 8 años en total, Eduardo Radaelli, a 5 años, y Wellington Sarli a 3 años, por su responsabilidad como autores del secuestro de Berríos y por asociación ilícita.

Los tres fueron extraditados hace dos años al país y actualmente están en libertad provisional.

El ex mayor chileno Arturo Silva fue el que recibió la mayor pena, al ser condenado a 10 años por secuestro con homicidio y a 3 años por asociación ilícita.

Los generales retirados Hernán Ramírez y Eugenio Covarrubias, quienes dirigieron el servicio de inteligencia del ejército, fueron a su vez sentenciados a penas de 8 y 3 años, pero se les otorgó el beneficio de la libertad vigilada.

El también general retirado Fernando Torres recibió una condena sin beneficios de 3 años de prisión.

Berríos fue sacado del país a comienzos de los años 90 por militares chilenos con el propósito de que no compareciera en la investigación por el asesinato en Washington del ex canciller Orlando Letelier. El ex agente fue un químico de la temida policía secreta de la dictadura del general Augusto Pinochet que desarrolló el letal gas sarín.

En Uruguay, los militares chilenos recibieron la colaboración de sus pares de ese país. Pero el ex agente intentó desertar y pidió ayuda a la policía, sin que se le otorgara.

Posteriormente, desapareció y su cuerpo sólo fue encontrado en 1993 en un balneario cercano a Montevideo.