El Cuerpo Humano: El Bien y El Mal

El cuerpo se puede llegar a dominar con el esfuerzo de la voluntad y su control, el llamado ascetismo, un esfuerzo permanente para no caer en las tentaciones, tentaciones llamadas moralmente malas que finalmente terminan atacando a la humana naturaleza. En más de una ocasión me he referido al llamado pecado original de nuestros primeros padres, pero ese llamado pecado original procede precisamente de la propia naturaleza humana.

Ángeles puros, cuerpo corrompido y corruptor. Como una plaga, como una peste esos males del cuerpo se contagian a otros cuerpos sanos. La mujer y sus fluidos, sus humores y menstruaciones, sus sangres creadoras de vida pero también inductoras equívocas que conducen al infierno, idea muy medieval y de la inquisición que acaba llevando a la hoguera al culpable en la plaza pública.

Pero no solamente la contaminación sexual de lo prohibido, de la fruta prohibida del árbol del bien y del mal; ese mismo cuerpo carnal ansía el poder, el dinero, la fama, las humanas tendencias que se transforman en pasiones y estas en vicios.

La humana hipocresía conduce a anatematizar, a descalificar a los llamados culpables que se salen de las normas, de “la norma” como una trasgresión de lo establecido por la sociedad.

Para aquellos que defraudan al fisco. Los que hacen trapicheos, los butroneros, los aristócratas, los famosos, toreros, cantantes, folclóricas y demás, ¿por qué en un determinado momento se han inclinado hacia el llamado mal si no lo necesitaban?, ¿ de dónde sale ese mal?, ¿dónde está?, ¿ por qué tienen que purgar públicamente de una forma tan cruel como es el escarnio público, la vergüenza, la humillación prolongada, primero imputados, después juzgados, después condenados, más tarde encarcelados y al final ejecutados?. Un linchamiento público.

¿Cuál es mayor brutalidad, la trasgresión, el delito o el linchamiento público?. La finalidad represiva y preventiva de la pena, en cuyo estudio obtuve las llamadas matriculas de honor de entonces.

¿El penado y castigado públicamente termina redimido, curado, ha pagado su delito, su infracción?. ¿Puede la voluntad en el llamado libre albedrío vencer esa tendencia hacia el mal – repito- ?. ¿Cualquiera de nosotros podría vencer la tentación de arramplar un montón de dinero que se nos ponga por delante, un dinero que no es nuestro?. ¿Siempre podremos vencer la tentación que el cuerpo humano, el cuerpo propio pueda sentir hacia la gula, la lujuria, la rapiña, el cuerpo de los demás, los bienes de los demás, el honor de los demás, el honor incluso de Dios como reza la maravillosa de Jean Anhuil, “Becket o el honor Dios”?. ¿Hasta qué punto son culpables, hasta qué punto las fuerzas tremendas de sus instintos pueden ser controladas, derrotadas por sus fuerzas espirituales?.

¿No será que en origen fuimos espíritus puros y en un momento determinado fuimos recubiertos de cuerpos carnales, cuerpos corruptibles tras la llamada muerte y durante la llamada vida susceptibles de esa otra corrupción moral?.

He pasado toda la vida instruido, aleccionado en estos conceptos, en estas ideas. Hoy, cuando escribo y a la vista de esos juicios sumarísimos de “jueces y juezas estrellas” me hacen dudar. Y me hace repugnar que toreros, cantantes, folclóricas, estadistas y políticos vayan en masa, caminen en fila india hacia la prisión.

Ni tanto ni tan calvo, ni tanta trasgresión oculta ni tanta perversión masiva expuesta a los ojos perplejos y estupefactos de los ciudadanos, de las masas, como decía Ortega y Gasset.

Un país folclórico, un país de charanga y pandereta, la del filme “Bienvenido míster Marshall”. Este es el país en el que he nacido y en el que posiblemente voy a morir. La piel de toro carpetovetónica de toreros, de jueces, de vino tinto y gazpacho, de chorizos –“delincuentes inocentes” y de hermanitas de la caridad “podridas hasta la médula”-, sepulcros blanqueados de los que hablaba Cristo. La España inmortal del Cid y la decadente de una nueva democracia, una curiosa tierra de bandidos.

(*) Germán Ubillos Orsolich

Nació en Madrid y es Premio Nacional de Teatro. Premio Guipúzcoa de Teatro, Premio Provincia de Valladolid de Teatro, Premio Julio Camba de Periodismo, Premio “Correo Español – Pueblo Vasco” de Periodismo, Premio Ciudad de Zamora de Periodismo, Finalista Premio Nadal de Novela, Guionista de Televisión Española Espacios Dramáticos. Es autor de varias novelas entre ellas: “Largo Retorno” (Con filme de Pedro Lazaga y música de Antón García Abril) “Proyecto Amenazante”, “Cambio Climático”. “Cambio Climático – Los Supervivientes”, “Cambio Climático – El Retorno” (Trilogía),(Ed. Entrelíneas Editores), El viajero de sí mismo”, “Malín”, “La Peste Negra – Vida más allá de las estrellas”, “La calle de los Amores” (biografía), “El hielo de la Luna”, “Los desiertos de Marte”, “La calle de los amores “(Memorias).- Ed. Belgeuse, “ Más allá del Purgatorio (Novela), Ed Belgeuse , “La Infancia Mágica “ (Biografía).- Ed. Belgeuse Es autor teatral y algunas de sus obras son: “La Tienda” (Ed. Escélicer)- Premio Nacional de Teatro, “El llanto de Ulises” (Ed. Escélicer)- Premio Guipúzcoa, “El Cometa Azul”, “Gente de Quirófano” (Ed. La Avispa) Premio Provincia de Valladolid, “Los globos de Abril” (Ed. Escélicer)