Candidatos carecen del carisma de Lula

Sin embargo, la imagen algo desteñida que proyectan la aspirante oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra no parece preocupar a muchos brasileños, confiados en que su país alcanzó una estabilidad económica y proyección mundial que persistirán incluso sin el carismático Lula.
“La selección nacional de Brasil, cuando se retiró Pelé, continuó siendo un gran equipo, solo que sin Pelé'', comentó Peter Hakim, de Diálogo Interamericano, en una analogía entre la política y el fútbol.

El gobernante Partido de los Trabajadores (PT, de izquierda) y el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) celebrarán este fin de semana sus convenciones nacionales para oficializar la postulación de sus candidatos a los comicios del 3 de octubre.

El PSDB formalizará la nominación de Serra como su candidato el sábado en la ciudad nororiental de Salvador mientras el PT hará lo propio con Rousseff el domingo en Brasilia. El jueves fue el turno del minoritario Partido Verde de oficializar la candidatura de la ex ministra del Medio Ambiente Marina Silva como postulante a la presidencia.

Pese a que Rousseff, una economista de 62 años, y Serra, economista de 68, carecen del encanto de Lula, ambos gozan de reputación de ser políticos habilidosos y buenos administradores, y aparecen empatados en las encuestas de intención de voto.
``Esta puede ser una oportunidad para que Serra o Rousseff institucionalicen, dentro de Brasil y en el escenario mundial, esta nueva realidad de Brasil ser un actor importante, aunque con un perfil más bajo'', dijo Julia Sweig, directora de estudios latinoamericanos del Consejo de Relaciones Externas.

Rousseff fue escogida por Lula como candidata del PT, que ha estado en el poder durante ocho años, en los cuales desarrolló programas sociales dirigidos a mejorar la condición de vida de los más pobres.

Serra, un ex gobernador del estado de Sao Paulo, fue ministro de Planificación y de Salud bajo el presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).

Rousseff podría convertirse en la primera mujer en gobernar Brasil, aunque carece de experiencia electoral. En su juventud militó en una guerrilla izquierdista que combatió a la dictadura militar (1964-1985), que a los 19 años de edad la tomó presa y sometió a torturas.

Ambos podrían mantener las políticas sociales que dieron a Lula el 80 por ciento de popularidad.