Netanyahu, con más opciones al Gobierno

La participación en estas elecciones ha llegado al 51 por ciento del electorado, más baja de lo que podría suponerse para la tradición democrática Israelí, pero más alta de lo que los expertos vaticinaban, dado el escaso interés que impera entre la juventud israelí acerca de la política nacional.

Con casi la totalidad de los votos escrutados, el partido que más votos ha recibido y que ha logrado 29 de los 120 escaños con los que cuenta el Knesset o Parlamento israelí, es Kadima, el partido de la canciller Tzipi Livni, frente a los 28 conseguidos por el Likud, partido de Benjamín Netanyahu, directo rival de Livni en estas elecciones.
Un punto a destacar es la caída histórica del Partido Laborista de Ehud Barak, que ha logrado apenas 12 escaños, su menor representación desde la creación del Estado de Israel, en el que fue pieza clave y al que han pertenecido políticos tan importantes como Ben Gurión o Isaac Rabin.

El problema al que se enfrentan ahora es la formación de gobierno. Para formar gobierno se necesita tener al menos 61 de los escaños del Parlamento, y en este caso no es seguro todavía que Kadima, en coalición con otros partidos, pueda alcanzar esa cifra; mientras que el partido de Netanyahu podría llegar a sumar hasta 65 escaños, en una supuesta coalición entre éste y los demás partidos de derecha y ultraderecha.
Netanyahu, consciente de esta ligera superioridad, se ha apresurado a presentarse como principal candidato a Primer Ministro, y Livni, a presentarle una proposición de coalición de unidad nacional de la que Likud y Kadima serían los principales partidos, pero que Netanyahu ha preferido rechazar, a la espera de que se terminen de escrutar los votos del Ejército, unos 150000, que con toda seguridad irán a parar a la derecha.

Por el momento el futuro del Gobierno de Israel está por decidir, el tercer partido que ha recibido más votos, Israel Beytenu, de Avidor Liberman, con 15 escaños, es la otra fuerza a tener en cuenta, aunque con toda seguridad formaría coalición con el Likud.
Pese a haber obtenido la mayoría como partido, las opciones de Livni, al frente de Kadima, son inciertas, y las posibilidades de Netanyahu son varias, formar coalición con la derecha y ultraderecha, e incluso con el Partido Laborista, mientras que la única baza de Livni es que Netanyahu termine por considerar su propuesta de gobernar junto a Kadima.

Aún así la última palabra la tiene el Jefe del Estado de Israel, Simón Peres, que ha de dar el visto bueno al candidato que finalmente se perfile como ganador y pretenda optar al sillón de Primer Ministro. El período de negociaciones para formar gobierno es de seis semanas a partir de la fecha de las elecciones. Serán unas semanas de duras negociaciones, Tzipi Livni no parece dispuesta a tirar la toalla, “La gente ha elegido a Kadima y esperamos formar el próximo Gobierno” ha declarado, pidiendo a la derecha que “respete los deseos de los votantes”.