“Tango y Política”

Vinculado primero al partido Radical de Hipólito Irigoyen (presidente argentino hasta 1930) adhirió posteriormente al peronismo, manteniendo su compromiso hasta el final. Murió con solo 44 años en 1951. A recordar su letra de “Versos de un payador al general Perón”. A finales del mismo año, Enrique Santos Discépolo, el autor de “Cambalache”, “Uno” y “Yira Yira”, entre otros, daba su última charla radial en un programa que se llamaba “Pienso y digo lo que pienso”. Había creado un personaje llamado Mordisquito, que representaba al opositor, al que estaba siempre en contra del régimen. Comenzaba con la frase “¡A mi me lo vas a contar, Mordisquito!”. Y a continuación el parlamento.

Discépolo se creó muchos enemigos, y no solamente entre los opositores al peronismo. Un mes después fallecía, a los 50 años de edad. Al mismo tiempo, Perón ganaba por segunda vez las elecciones. Recordaría en su exilio madrileño que gracias al voto de la mujer (hasta entonces no podían votar y gracias al empeño de Eva Perón se autorizó el sufragio femenino) y a Mordisquito, ganaron esos comicios.

Otro cantante y director de cine comprometido con este movimiento político, fue Hugo del Carril. Entre otros temas, grabó la famosa marcha “Los muchachos peronistas”, que se convirtió en el himno que abría todas las manifestaciones y actos del partido.

Tenemos que señalar también a otro autor importantísimo del tango, Cátulo Castillo (“Tinta roja” “Café de los Angelitos”, “A Homero”, dedicado a Manzi, y “María”, entre sus obras más destacadas) que no ocultó su simpatía por el peronismo. Valga como ejemplo su tema “Canto al trabajo”. Podemos seguir mencionando a varios personajes del tango comprometidos con aquella etapa de la historia argentina y con el líder del Justicialismo: recordemos a los hermanos Francisco y Blas Lomuto, a las cantantes Juanita Larrauri y Nelly Omar (la primera grabó “Evita capitana” y la segunda “La descamisada”).

Es muy interesante conocer el origen de “Los muchachos peronistas”, la marcha partidaria que mencionábamos más arriba. Aunque se señalaba a otro hombre de tango, Rodolfo Sciammarella<(b>, como el autor, los verdaderos responsables fueron otros. El nombrado había compuesto otra canción partidaria llamada “Marcha peronista”, que nada tenía que ver con la otra, que tuvo origen en un club muy humilde de Buenos Aires. Existe un excelente artículo sobre este tema de Nestor Pinsón y Ricardo García Blaya, titulado “El origen deportivo y murguero de la marcha peronista” en el portal de Internet: www.todotango.com.