La ópera, basada en la tragedia de Shakespeare, se compone de cinco actos. El libreto es de Jules Barbier y Michel Carre. Intervienen el Coro y la Orquesta titulares del Teatro Real.
La música de Prokofiev es la mejor para la danza porque cada personaje tiene algo en común como es la emoción que embarga a cada uno de ellos. Romeo se mueve por impulsos y Julieta consigue ser moderna en un tiempo antiguo, un personaje que va escribiendo su propio destino
Según el director musical Michel Plasson, se trata de una obra dinámica, casi acrobática, en la que los bailarines han ensayado durante tres largos meses para mostrar al público, en todo momento, la violencia o la magia.
Por su parte, el coreógrafo Goyo Montero, dice que la obra aísla los elementos y los concentra para que no haya nada decorativo, todo es real y el público va viendo la historia a través de los ojos de los protagonistas. La alegría y la tristeza se suceden en todo momento para ubicar cada escena en su justo lugar. No hace falta ni bailar para saber lo que está pasando.
Impecables los actores Roberto Alagna (Romeo) y Sonya Yoncheva (Julieta), tenor y soprano, respectivamente.
Las representaciones fueron agendadas para los días 16, 20 y 26 de diciembre.
(*) Concha Pelayo es escritora y crítica de arte. Miembro de AECA y FEPET.