El buen manejo del poder engrandece al mismo.
Tener el mando, sin representarlo a cada minuto, y comportándose como uno más; vuelve más poderoso.
Pero cuidado, no se crea que la cortesía es sinónimo de debilidad.
A la gente no le disgusta ser mandada, cuando la saben mandar.
- Hay profesores muy queridos por sus alumnos.
- Hay oficiales muy queridos por la tropa.
- Hay entrenadores muy queridos por los jugadores.
Creo que esto llevado a cualquier estamento de la vida diaria, es una señal de entendimiento y tolerancia.
Siempre se necesitarán personas que dirijan, pero también siempre estos necesitarán de un complemento a quienes dirigir.
Es bueno mencionarlo, porque a menudo se ha querido estigmatizar una rivalidad entre jefes y subalternos; lo cual generalmente no es tan así…
Vaya una felicitación transversal a todos quienes con su esfuerzo diario dignifican El Trabajo.