Cospedal pulveriza al PSOE de Castilla-La Mancha

Con el 32% escrutado, esto es, con más de 360.000 papeletas ya abiertas, el PSOE, con José María Barreda al frente, pierde el poder en la Junta, ya que obtendría 21 escaños. Con estos datos, el PP lograría 28 escaños y su candidata, María Dolores de Cospedal, sería la nueva presidenta de esta comunidad.

La campanada electoral

Si se confirman estos datos, Castilla-La Mancha puede convertirse en la campanada de las elecciones. El PP daría un vuelco histórico a 28 años de gobiernos socialistas y pintar de azul la región en unas autonómicas. Es uno de los comicios más ajustados del 22-M.

Las consecuencias de la crisis económica y, sobre todo, una tasa de paro por encima de la media nacional amenazan a José María Barreda con la derrota. Así lo pronostican las encuestas, que dan a priori el triunfo a María Dolores de Cospedal en un parlamento bipartidista. Pero una cosa son los sondeos y otra, el veredicto de las urnas. La tendencia apunta al cambio pero el 22-M todo puede jugarse en un puñado de votos. Las dos semanas de campaña resultarán decisivas. ¿El 'barón' socialista cederá el mando a la 'baronesa' del PP?

Cospedal ya no es la desconocida que se presentó en 2007. A su papel como líder del PP-CLM, ha sumado su proyección pública como 'número dos' del PP nacional; primero azote de Zapatero en Madrid y, después, de Barreda en Toledo. Su cargo como secretaria general, en primera línea de 'fuego', ha permitido que los 'populares' nacionalicen parte del discurso contra el Ejecutivo de Barreda, presentando al 'barón' socialista como 'cómplice' de la política del Gobierno de Zapatero.

Perspectivas electorales

Y es que la crisis y el paro son un 'tsunami' para las perspectivas electorales del PSOE en toda España cuyos efectos arrastran muy significativamente a Castilla-La Mancha. Consciente del desgaste de la 'marca', Barreda remó contracorriente durante meses hasta convertirse en una de las voces más ruidosas que pidieron a Zapatero que desvelara si iba a repetir como candidato en 2012. Su opinión, compartida por otros 'barones', es que ese debate era un arma que podía cercenar sus posibilidades. Pero este movimiento de presión está, en el fondo, indirectamente dirigido a los castellano-manchegos para presentarse ante ellos distante y ajeno de las políticas más controvertidas de Zapatero, ahora que parece que todo lo que lleva su sello está devaluado.

Con ese futuro ya zanjado, las encuestas empiezan a recoger una ligera mejoría en la intención de voto, pero un desempleo superior al 21% continúa siendo un lastre para remontar. Sigue lejos de Cospedal, especialmente, en Guadalajara y Toledo. Así, el último sondeo de Sigma Dos para EL MUNDO da una estimación de voto del 49,3% para el PP y de 43,9% para el PSOE. El CIS, por su parte, da un resultado más ajustado a favor de Cospedal, que ganaría por un escaño (25 a 24), con 2,3 puntos de diferencia.

Esta partida entre dos -IU no logra representación desde 1995- se juega en tres escenarios clave: Ciudad Real, Guadalajara y Toledo. En ellas se centrarán gran parte de los esfuerzos, una vez que en Albacete y Cuenca todo indica que habrá un reparto salomónico de escaños.

Ciudad Real, clave

La ley electoral -muy criticada por el PP- coloca a Ciudad Real como la provincia más jugosa y, a priori, más determinante. El tradicional granero socialista es la única circunscripción de las cinco que reparte un número impar de diputados (11). Por tanto, en caso de empate en el resto, marca la diferencia.

Pero en estas elecciones, ganar la tierra natal de Barreda parece que no será suficiente. Guadalajara y Toledo, que ponen en juego 8 y 12 escaños, tienen mucho que decir. De confirmarse las perspectivas electorales del PP y los últimos sondeos, la mayoría que lograría Cospedal en ambas decantaría las elecciones a su favor y pondría fin a siete legislaturas consecutivas del PSOE.

Un triunfo 'popular' en Castilla-La Mancha sobrepasa lo autonómico. Supone arrebatar al PSOE una de sus comunidades históricas y llevar a la práctica el cambio de ciclo político que llevan años anunciando para Moncloa. Estas elecciones el PP las concibe como una primera vuelta de las generales. Además, está el golpe moral a las otras dos autonomías del sur del Tajo que sólo conocen gobiernos socialistas. Principalmente Andalucía, por ser un feudo clave y casi necesario para que Rajoy allane su camino en 2012.

Batalla personal

El partido entre Barreda y Cospedal lleva jugándose varios años. Ha sido la legislatura de la crispación, las broncas y las acusaciones. El ejemplo más claro fue la 'muerte' del Estatuto de Autonomía en su tramitación en el Congreso cuando había sido respaldado en las cortes autonómicas por PSOE y PP. Ambos partidos fueron incapaces de alcanzar un acuerdo que salvara el escollo del agua, excusa para la defunción del texto. Pero ha habido otros ejemplos de crispación, como las acusaciones de Cospedal en las que denunciaba que miembros del PP de Ciudad Real habían sido espiados por una agencia de detectives. Más leña para una legislatura con demasiadas alharacas. Con estos precedentes, ahora la campaña promete ser de todo menos tranquila.