Tras la polémica surgida, el hermano del ministro, Carlos Triaca, llegó a un consenso para que la ex trabajadora renunciara a mayores reclamaciones por el despido a cambio de una indemnización cercana a los 200.000 pesos argentinos (unos 10.170 dólares), aunque no hubo acuerdo con respecto al supuesto contrato irregular.
La empleada doméstica, Sandra Heredia, aseguró que trabajó para la familia Triaca desde el 2012, y solo en el 2015, poco antes de las elecciones en las que venció la formación de Triaca, fue regularizado su empleo; algo que niegan desde el entorno del ministro, y solo admiten "servicios puntuales" con anterioridad a esa fecha.
La trabajadora fue despedida a comienzos de este año, y fue revelado un mensaje de voz en el que el ministro le exclamó: "¡Sandra, no vengas! ¡No vengas porque te voy a mandar a la concha de tu madre, sos una pelotuda!".
Además, al despido y los insultos se sumó la designación de Heredia para un puesto en el Sindicato de Obreros Marítimos Organizados (SOMU), facilitado por el ministro después de que ella pidiera un aumento de sueldo, según la versión de la empleada; una decisión que defendieron desde el Gobierno argumentando que era "administrativo, no político".
Por todo ello, desde numerosos sectores de la oposición solicitaron la renuncia de Triaca, aunque desde el Gobierno de Mauricio Macri respaldaron al político.
"No sentimos que sea algo que tenga que costarle el cargo", declaró el pasado viernes el jefe del Gabinete de Ministros, Marcos Peña, en una entrevista en la que admitió que el exabrupto del funcionario estuvo "mal".
En cuanto a la contratación en el SOMU, Peña lo calificó de un "error" y señaló que se debió a que Triaca, a quien definió como un "excelente ministro", valoró más "la confianza" que otros aspectos.
.jpg "La empleada doméstica, Sandra Heredia (izq.), con Jorge Triaca (Foto: Difusión)")
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