"Es verdad que las circunstancias suponen un acicate para el debate, pero esta es una cumbre vivida de manera muy intensa por los cambios profundos y los riesgos del orden internacional", explicó el líder del Ejecutivo español.
En la rueda de prensa de clausura de la XXI Cumbre Iberoamericana junto al anfitrión y presidente de Paraguay, Fernando Lugo, y su homólogo de Panamá, Ricardo Martinelli, Zapatero concretó que las conversaciones se han basado en dos referencias: la cumbre del euro del pasado miércoles para solucionar la crisis de deuda y la próxima reunión del G20 en Cannes (Francia).
Por su parte, el Rey Juan Carlos mostró su "gran ilusión" en la próxima cumbre iberoamericana, que se celebrará en Cádiz, y confió en que de ella surjan resultados "muy positivos" como en la recién clausurada en Paraguay.
200 DE LA CONSTITUCIÓN DE 1812.
En su discurso de clausura el monarca puso en valor que la cumbre del próximo año coincidirá con la conmemoración de la Constitución de 1812, que cumplirá 200 años, una fecha que calificó de "histórica" para muchos de los estados iberoamericanos.
Además, el Rey expresó su "certeza" de que la cumbre de Cádiz servirá para impulsar el "vínculo" hispanoamericano, mientras que Zapatero se comprometió a que este encuentro sea de "gran significado histórico" para fortalecer a las naciones hispanoamericanas, y garantizó el "esfuerzo" de España para que ésta sea un "éxito".
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