Siete soldados colombianos mueren en una emboscada

El gobierno atribuyó el ataque, que también hirió a otros cuatro militares, a los rebeldes del frente 29 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), acusadas también de haber matado a otros ocho soldados hace una semana junto a la frontera con Venezuela.

Esta vez la emboscada contra la patrulla militar se produjo en una zona rural, cerca del municipio de Samaniego, en el departamento de Nariño, limítrofe con Ecuador.

Según Fabio Trujillo, secretario del gobierno en esta región, las FARC también hicieron estallar junto a los cuarteles policiales de Samaniego un artefacto explosivo que hirió a dos oficiales. El presidente colombiano, Álvaro Uribe, condenó el ataque calificándolo como "cobarde".
"Frente a estos terroristas tenemos que mantener toda la firmeza y no caer en el engaño del chantaje político", dijo.

"Estos son los mismos asesinos de las FARC los que quieren proponerle al país un chantaje para liberar al cabo Moncayo", añadió el mandatario en referencia a Pablo Emilio Moncayo, uno de los dos militares que más tiempo llevan secuestrados.

Según anunciaron las propias FARC, liberarán a Moncayo tras 11 años y medio de cautiverio como respuesta a los pedidos hechos por la senadora opositora Piedad Córdoba y por los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Venezuela, Hugo Chávez.

Nueva táctica
Los rebeldes podrían estar adoptando una nueva estrategia basada en emboscadas en zonas rurales, especialmente en áreas próximas a las fronteras y el nuevo líder de las FARC, Alfonso Cano, podría estar utilizando estas áreas como un refugio seguro para los rebeldes, a juzgar por el escenario escogido para los últimos ataques.