Presos cubanos exiliados en España: «No han cumplido lo pactado»

Aunque insiste en que el trato recibido en el centro gestionado por la Asociación Comisión Católica Española de Migración (Accem) ha sido excelente, Martínez denuncia que se le ha retirado una ayuda de 1.266 euros para instalarse en su nueva vivienda, cuyo alquiler y fianza sí cubre en su totalidad el Estado al menos hasta el próximo mes de octubre.
«Contábamos con esa suma, pero hace tres días nos dijeron que no nos la iban a dar y no sabemos por qué. A todos los que fueron saliendo de los centros hasta diciembre sí se la dieron», explica en conversación telefónica. Como él, otros cinco presos de conciencia repartidos por diversos puntos de España denuncian la misma situación. Martínez Hernández asegura que con los seis euros al día que recibe para comida y los 87 mensuales para gastos personales tiene las necesidades cubiertas. Sin embargo, confiesa que siente «inquietud» respecto a lo que le pueda deparar el futuro. «Me siento sin garantías y con incertidumbre porque no están cumpliendo lo pactado. Además, no tengo permiso de trabajo porque he pedido asilo político y tampoco he obtenido respuesta aún», explica.
Igual que Martínez, Nelson Molinet contaba con esa suma para «arrancar» en la casa que ha alquilado en Móstoles para él y su familia, entre los que se encuentra su padre enfermo de Alzheimer. Desde Alicante, este sindicalista cubano que fue condenado a una pena de 20 años de cárcel también se queja de que «el Gobierno no ha cumplido» lo prometido antes de salir de La Habana.
En Cruz Roja España, que junto a Accem y CEAR gestiona el programa para el grueso de ex presos, explican que no han otorgado la ayuda de 1.266 euros a ningún opositor cubano porque «no les corresponde y en ningún momento se pactó con ellos». Actualmente permanecen en suelo español 45 cubanos del medio centenar que fue liberado desde el mes de julio de 2010 gracias a la mediación del arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega.

Pese a todo, un «hombre feliz»
Martínez fue detenido en 2003 durante la ola de represión cubana conocida como la Primavera Negra que acabó con 75 opositores en la cárcel. «Fuimos hombres que no merecíamos ni un día de prisión», recuerda. A él le costó tomar la decisión de abandonar su patria para exiliarse en Madrid, pero pesó más el deseo de su familia de «disfrutar algún tiempo conmigo». De momento, reconoce, es un «hombre feliz».