Por su parte, y tengo mucho que decir y poco tiempo para hablar; el Papa León XIV, en su homilía del día de los difuntos, el dos de noviembre, ha estado sensacional; tajante y contundente como un león que es lo que es y para eso es Papa y dogma de fe.
Ha dicho que hay que mirar el futuro con optimismo y no mirar hacia el pasado, porque nos espera a todos el banquete celestial donde nuestro padre, Dios, que nos abrazará derrotada para siempre la muerte por su Hijo amado; y nos encontraremos indefectiblemente con nuestros padres, con nuestros hermanos, familiares y amigos más queridos, en un abrazo luminoso, verdadero e intenso, para no morir jamás y disfrutar y ser felices eternamente.
Eso es todo, amigos.