Comprender que las pandemias no son tan raras debería de priorizar los esfuerzos para prevenirlas y controlarlas en el futuro, para ello se necesita una acción colectiva con el fin de abordar las enfermedades infecciosas y evitar una “era de pandemias” más frecuente y devastadoras.
La COVID-19 ha causado una perturbación económica y social brutal, decenas de millones de personas están en riesgo de caer en la pobreza extrema y el número de personas desnutridas podría aumentar hasta los 132 millones al final de este año, en estos momentos el riesgo de pandemia es más alto que nunca, especialmente a medida que las enfermedades zoonóticas (que se transmiten de animales a humanos) aumentan, de las que podemos citar:
ANTRAX, que se propaga a través del contacto con animales o productos de origen animal.
GRIPE AVIAR, se transmite casi exclusivamente de aves a humanos, aquí ya ha habido algunos casos de contagio en personas.
PESTE BUBONICA, se propaga mediante pulgas.
EBOLA, se transmite por contacto con personas infectadas.
Todas estas enfermedades y alguna más, pueden variar en gravedad, desde leves hasta potencialmente graves.
Para prevenir futuras pandemias, debemos de tomar medidas a nivel global y local:
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Fortalecer los sistemas de vigilancia en la atención rápida de brotes de enfermedades.
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Compartir información entre los demás países y colaborar en su detención precoz.
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Invertir más en investigación sobre enfermedades infecciosas y vacunas.
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Desarrollar tratamientos antivirales y antibióticos efectivos.
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Monitorear y controlar enfermedades que se transmiten de animales a humanos.
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Regular el comercio de animales salvajes y la mejora de la higiene en granjas.
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Desmitificar la desinformación y promover la confianza en la ciencia.
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Trabajar juntos en la preparación y respuesta a las pandemias.
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Fortalecer el sistema de salud con el fin de manejar las emergencias.
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Garantizar acceso equitativo a servicios médicos y vacunas.
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La atención primaria es la base de un sistema de salud resiliente.
Aunque no todo el mundo cree en ellas, las vacunas evitan la propagación de enfermedades peligrosas y mortales, ya que refuerzan la inmunidad natural del cuerpo antes de que se enferme, estimulando la producción de anticuerpos, que son los que protegen contra futuras exposiciones a las enfermedades.
Ante una nueva pandemia, todos los países deberían de estar conectados a todos los niveles, de seguridad, investigación y resolución de transmisión del virus y para ello se deberían de preparar en todos los sentidos, sobre todo a nivel de sanidad, con el único fin, de que no se tenga que llegar a los extremos que hace poco hemos vivido, sin suficientes sanitarios, sin suficientes protecciones y totalmente en pañales, ante una desbastadora pandemia, donde se discriminaba a quien ponerle un respirador y a quien no, ya que no había los suficientes para todos.
Pero aún así, no se está haciendo lo suficiente, como mínimo para cubrir las necesidades a día de hoy en la sanidad pública, totalmente vergonzoso.