“Un pintor figurativo pinta lo que le rodea, lo que tiene delante, alrededor de su espacio vital, recuerda el pintor realista Antonio López. La pintora María Pilar Venegas participa de este aserto, cuando la vemos pintar lo que tiene cerca y le atrae por la singularidad de sus formas y por el color. Lo que contempla en la vida cotidiana o lo que le atrae y elige, en sus viajes por la geografía y la naturaleza. "Solo pinto lo que está cerca de mis ojos", explica, la autora.
En esta exposición de la galería Domus Artis, dirigida por Juan Alfonso García- Donas, la pintora con casa y colección de arte propia en El Toboso, quiere mostrar su reciente trabajo artístico, una veintena de óleos -paisajes, retratos, flores, naturalezas muertas- que abarca los años 2021-2024. Así que veremos sus paisajes manchegos, principalmente de molinos de viento en Calzada de Calatrava (Ciudad Real) o Mota del Cuervo (Cuenca); paisajes de campos de lavanda en Guadalajara; los hayedos de Pedrosa, en Segovia; vistas de su querido El Toboso (Toledo); paisajes de la Mojácar, Vera o Garrucha (en Almería, donde veranea)…
Las plantas y flores de jardín o de interior son otro campo contemplado por la pintora por su manifestación del color. Las rosas, clivias, hibiscos, alegrías, pelargonios, camelias, hortensias…están en sus cuadros. Ya se sabe -dicen los irónicos- que “la naturaleza, envidiosa, imita al arte”, compitiendo en los colores.
M. Pilar Venegas también aborda los objetos que ella reúne y combina, después de abiertos o consumido, como son las cajas de bombones, golosinas o dulces, a modo de naturalezas muertas o bodegones. Y por supuesto, los retratos del profesor Antonio García Zuazo y el de ella misma, vestidos con el traje regional de Madrid, donde residen. A la pintora le gusta la figura humana y toma como modelos a quien tiene más cercano: ella y su esposo.
Pintora al aire libre y en el estudio, para plasmar paisajes o retratos en sus lienzos, la autora cuenta que ha recorrido numerosos lugares, buscando vedutte, ahora y en su juventud. Como buena artista visual, sabe indagar y encontrar las luces más adecuadas en cada estación para el cuadro, por eso madruga o espera al atardecer, para apresar la luz requerida, que envuelve más que deslumbra. La luz, elemento clave de la pintura para hacerla luminosa o melancólica. Sus recorridos y estancias en distintas tierras son verdaderas aventuras humanas y artísticas, donde conecta con la gente del lugar que se interesa por su trabajo.
Alguna entrada en el arte sacro, siempre por encargo, la pintora ha llevado a cabo un gran cuadro con la representación de Sor María del Sacramento, religiosa concepcionista, para la parroquia de El Toboso, esa iglesia que hiciera exclamar a Don Quijote: Con la iglesia hemos dado, Sancho, ante su monumentalidad que permitía verla desde lejos en el paisaje manchego. Y en esta exposición podemos contemplar el cuadro delicioso de la “La Virgen de la rosa” o “Paseando con el Niño”.
M. Pilar Venegas se atreve con todos los géneros pictóricos y a ellos se entrega en presencia, amor y maestría. Una carrera pictórica intensa e ininterrumpida desde 1970. Como decía el peruano Jorge Eduardo Eielson: Ser artista es jugarse la vida por una pincelada”.