Primeramente, los ya frecuentes rumores que Rusia está a punto de ser vencida, han resultado, y esto se demostrado claramente falsos. Por un lado, las sanciones que EEUU y sus aliados impusieron al gigante euroasiático, no solo resultaron ser menos efectivas que lo esperado, sino que también ayudaron a que Rusia buscara nuevos socios; la economía rusa nunca estuvo en una mejor posición para continuar con el conflicto. Adicionalmente, Rusia se ha plegado completamente a una economía de guerra, lo que le permite relevar a sus activos en el frente y reabastecer de alimento y munición a sus tropas.
La historia es muy diferente en Ucrania
Ucrania no está preparada para enfrentar a guerra larga; desde su divorcio del bloque soviético ha tenido un declive continuo de población exacerbado desde el 2022, además de tener unas de las poblaciones más viejas de todo el mundo (1 de cada 4 personas es mayor de 60), su población joven ha protagonizado un éxodo hacia Europa Occidental.
No es de extrañar pues, que las condiciones del frente ucraniano sean paupérrimas. El Financial Times reportaba que la edad promedio de un soldado ucraniano en marzo de 2022 era de entre 30 y 35 años, ahora, según Business Insider, el promedio se encuentra en torno a los 43 años (se han reportado escuadrones con personas de hasta 63 años). A todas luces, una edad demasiado elevada para cualquier ejército con focos activos. En el desespero de obtener reclutas jóvenes Zelensky ha propuesto bajar la edad de conscripción obligatoria de 27 a 25 años. A todo lo anterior deberíamos añadir la falta de recambio de combatientes, por lo cual, no solo hablamos de soldados viejos sino exhaustos: una receta para el fracaso.
Ante este panorama, y con las líneas rojas que por fortuna Occidente aún no ha cruzado que hacen imposible la participación de otros ejércitos, Ucrania se ha volcado al siempre grisáceo mercado internacional de mercenarios. Este mercado no es extraño para Latinoamérica, una región signada por el conflicto, con militares entrenados en retiro aún jóvenes, y para completar el panorama, con bajas pensiones. A lo largo de los años los hemos visto prestando servicios de seguridad de pozos petroleros en Medio Oriente, y protagonizado bochornosos trabajos de sicariato como el asesinato del presidente haitiano a manos de mercenarios colombianos.
Es una novedad, sin embargo, verlos ahora en un teatro de guerra activo, codo a codo con tropas regulares. No es muy fácil obtener información fiable de su número y origen, se puede observar su actividad por lo que se publica en redes sociales o en foros de Reddit; algunos medios locales también han hecho notas de color con historias personales de algunos de ellos bajo el eufemismo de voluntarios. El programa conocido como la Legión Internacional, lanzado por el gobierno ucraniano empezó en marzo de 2022, pero que guarda celosamente el número de reclutas, así como su procedencia y el número de bajas. Como dice el adagio, en la guerra la primera víctima es la verdad.
En todo caso podemos hacernos una idea de las dimensiones del fenómeno viendo las cifras liberadas por el ministerio de defensa rusa el 14 de marzo de 2023 al respecto, Las cuales han sido parcialmente verificadas por cancillerías y periodistas.
País
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Llegados a Ucrania desde 24-02-2022
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Abatidos hasta el 14-03-2024
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EEUU
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1113
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491
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Canadá
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1005
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422
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Colombia
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430
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217
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Brasil
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268
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136
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Bolivia
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102
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44
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Argentina
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58
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17
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Perú
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38
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15
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Venezuela
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13
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8
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México
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8
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3
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Chile
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11
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1
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Uruguay
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3
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Panamá
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1
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Ecuador
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1
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TOTAL
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3051
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1354
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Como se observa cerca de 3000 combatientes de las américas de los cuales casi la mitad han sido abatidos. Excluyendo EE UU y Canadá, destaca el caso de Colombia, donde han muerto cerca de la mitad de los contratistas en activo. Colombia, con 250.000 militares tiene el segundo ejército más grande de América Latina, después del de Brasil. Más de 10.000 se retiran cada año. Cientos se dirigen a luchar a Ucrania, donde muchos ganan cuatro veces más que lo que ganan los suboficiales experimentados en Colombia.
Estos mercenarios son reclutados por diversas agencias intermediarias, que ofrecen además cursos de entrenamiento básico. Una de estas agencias que al parecer operan en España estaría ofreciendo hasta 3.400 euros por mes, un salario tentador al cambio para cualquier veterano latinoamericano.
Salario que sumado al enorme riesgo que se corre por él, también representa el costo de vivir en una de las regiones históricamente empobrecidas del sur global. Latinoamérica ha sufrido ya, desde la doctrina Monroe, conflictos de gran envergadura en casa auspiciados por los intereses de los países del norte. Es ahora tiempo de resistir esta forma de neocolonialismo: la exportación de jóvenes aptos como carne de cañón en un conflicto tan foráneo como absurdo.
Ninguna familia latinoamericana que viva en su país y trata de construir democracia en el mismo, estará de acuerdo con que los jóvenes de ese país sean carne de cañón en esa guerra atípica.
Latinoamérica en bloque debe pues ayudar a la búsqueda de una paz duradera apoyando la resolución dialogada de la guerra que lleva ya dos años y parece estancada. Debemos recordar como en la batalla de Verdún en la Primera Guerra Mundial, librada durante la mayor parte de 1916 y con un total de 800.000 bajas, se inmoló toda una generación de franceses, ingleses y alemanes por el avance de unos cuantos metros de la línea del frente. No podemos seguir enviando la juventud latina a este nuevo Verdún
Referencias