"Sólo" 15... quinces de febrero

Hace exactamente 15 años, (15 de febrero del 2009) era publicado mi primer artículo en EMG.

El día que mi amiga Primavera Silva me pidió el envío de uno de mis “escritos” para analizarlo y comentarlo con un amigo suyo; tenía justamente en mis archivos una crónica hecha unos años antes para compartirla con mis amigos “mayorcitos", llamada "Sorprendidos por el tiempo", y al enviársela nunca pensé en lo que terminaría esa simple acción.

Efectivamente, compartió mi artículo con su amigo.

Posterior a eso vino el período de vacaciones y realmente me olvidé de aquello.

Días después me dijo: Comunícate de inmediato con Juan Ignacio Vera. Y oh! ¡Sorpresa! Era el director de un diario español interesado en contactarme luego de leer el artículo. Un chileno avecindado en Madrid por muchos años.

Se trataba del diario Euro Mundo Global, con presencia durante15 años en Madrid y Andalucía, él que había cambiado su formato dos meses antes -si mal no recuerdo- pasando de papel a formato electrónico, y deseaban justamente agregar nuevas variantes para ofrecer a sus lectores.

Entre otras cosas me expresó que al no poder ubicarme y sabiendo de mis vacaciones, se tomó la libertad de publicar ese escrito en el periódico, porque le llamó la atención “mi estilo” (yo ignoraba que tuviera alguno). Invitándome de paso a participar como columnista internacional en el espacio de “Opinión” que existía en dicho medio.

Ese día envié mi segundo artículo; y a la mañana siguiente ya estaba aprobado por el comité editorial y aparecía publicado, navegando por el cyber espacio.

Nunca olvidé mi primera publicación, ese 15 de febrero. Me involucraba entusiastamente a una nueva actividad, a pesar de ya estar siendo "sorprendido por el tiempo".

Hoy, agradeciendo este caminar junto a EMG ininterrumpidamente durante 15 años, la recuerdo y comparto:

“Sorprendidos por el tiempo”.

Si hacen un alto en la vorágine del día a día, se sorprenderán por algunos acontecimientos que resultan indicadores que ya pasando los 50, nos ha sorprendido el tiempo.

-Cuando en una asoleada mañana en la fila del Banco, una atractiva muchacha se aferra a tu brazo y tú al mirar, con cierta decepción escuchas que una amiga de tu hija te dice: ¡Hola!… ¿Cómo está la Javi?

-Cuando algún quinceañero de vez en cuando se apiada de tu sufrimiento en el bus. Y ya te comienzan a dar el asiento.

-Cuando en una tarde cualquiera, prefieres sentarte en un céntrico sillín de lustrabotas, aduciendo… Para que de vez en cuando, me queden mejor.

-Cuando en las reuniones de apoderados de tu hija más pequeña, otro papá se dirige a ti… Tratándote de “usted”.

-Cuando un compañero de tu hijo te dice: ¿Así que cuando usted iba al colegio, no existía el metro?

-Cuando un futbolizado sobrino te pregunta: ¿Es verdad que usted vio jugar a Pelé?

-Cuando tu hija, junto a su vecina acuden a ti, como ante un mediador, inquiriendo respuesta a una casi vejatoria pregunta: ¿Papá, ¿cuántos eran los Beatles?

-Cuando en una fría tarde encerrado en tu escritorio, debes salir en busca de ayuda porque se te quedó “pegado” el computador.

-Cuando prefieres darle un dinero a tu hijo para que te lave el auto; escudado en el pretexto que “así irás aprendiendo lo que es ganarse la vida”; cuando en el fondo sólo te estás evitando la riesgosa posibilidad de un lumbago.

-Cuando subes apurado las escalas de alguna estación del Metro y te tomas del pasamanos… Sólo por si acaso (por nada más).

-Cuando vas a dejar a pie a tu hijo al colegio y no para incentivarle la actividad física, o para ahorrar bencina, sino para proteger tus arterias coronarias.

-Cuando adquieres esa patética pose de “reportero” a los pies de la Montaña Rusa de un parque de entretenciones, gritándoles a tus hijos y sobrinos: ¡Ya niños, yo de aquí los filmo! Porque ni loco te subirías como antaño, tu hipertensión arterial y tu instinto de conservación no te lo permiten.

Al acontecer estas situaciones, será cuando te comenzarás a dar cuenta que has sido “Sorprendido por el tiempo”. Y lo más hermoso es que te habrás dado cuenta por ti mismo.

Pero ánimo amigos, convengamos en que todas las etapas son necesarias y todas tienen su encanto.

Recuerden que Cervantes publicó “El Quijote” en 1605… A los 57 años.